an

29 abril 2014

Toda la zuerte, chata!

Fashion, tras su aventura inglesa de casi dos años, ha regresado a la península. En contra de lo que le pasa a todo el mundo, a ella le dieron un trabajo mejor allí abajo con una consultora del Reino Unido. Esa es mi hermana!
 
Cuando me enteré que volaba a su entrevista, puse en marcha todos mis elementos de santería (incluído lo que dijimos en el río, altas horas), pero nada funcionó. Intenté llamar a la de Recursos Humanos respirando fuerte: me colgaron. Había dejado una alerta peligrosa en el aeropuerto: no me tomaron en serio. Incluso insistí en que se llevara un sandwich al que le eché aquello convenido: la tía lo debió tirar a la papelera. Total que, pudo poco pudo mucho, le ofrecieron el curro.
 
Una vez que volvió, me decanté por métodos más infalibles. La llevamos a comer Honest Burgers a Brixton Village-nótese mi carita de ovejita degollada con manta en una terraza. Nada. Le mentamos Brockwell Park, su parque favorito del mundo sidereal, y los beneficios que aporta a la agilidad de Nara. Rien. Le recordé la diligencia del NHS, las palomitas del Discount Arcade, los marcos del TKMax. Impasible. Le dejamos secretamente pastas de animal, salchichas Richmond, walnut cake. Pasando. Ya solo me quedaba el llanto y agarrarme a la pierna. Tampoco.
 
Usé a mi hija, lo hice. Que servicios sociales no me lean: la hice pretender el lloro, que me costó porque le pobre Mini aún recuerda el tener que repetir los spellings del dictado diez veces cuando fallaba palabras sencillitas como "shrimp". Cuántos psicólogos infantiles necesitaremos para intentar sacar ese trauma o el de comerse sus conejito de chocolate! Mini tendrá por fin una infancia functional, ahora que su tía nos abandona.
 
Total que Cal Brixton cerrará en un par de meses (lease en tono taciturno, casi gallego), cuando JAL la siga en su viaje de vuelta. Queda la esperanza de que la echen en un mes, y en eso estamos divagantes-cualquier sugerencia bienvenida. Aunque cabe que nuestra intervención no sea necesaria y lo logre ella sola: confiemos en Fashion que ha comprado billetes a Australia cuando era Austria! (o similar). Fallando todo esto, la única alternativa es que se asiente y se haga la Faraona del Poderío Fashion, y lo venga a introducir a UK (nos descubrieron, por fin nos descubrieron!).
 
Mientras tanto, volveré a colgar más fotos de este monstruo que es Londinium (pero que lo será menos a partir de ahora) para que quieras volver...

 

22 abril 2014

Se puede volver a los 17 en esto del "arte"?

 Quiero curarme de esto mío. Así que lean este divague como mira el analista a su víctima en el diván: es una botella lanzada al mar en busca de ayuda, una versión del "Oiga doctor" de Sabina. Todo empezó hace ya mucho tiempo, pero mostró su fea cara hace unas semanas, con Richard Hamilton, y hoy, con Henri Matisse. 
Hubo un tiempo, hace muchos muchos años, en los que a mí el "Arte" (nótese las comillas porque ahí esta el tema) me emocionaba. Literalmente. Cuando estaba en el colegio decidí que mi amor eterno en pintura, mi corazón todo rojo de esa época se lo iba a dar a Francisco de Goya, y no solo porque había nacido en un pueblo cerca de Vetustilla de la Torre, al que fui una vez en bici con tres amigas y corrimos una Gran Aventura, tal vez para otro divague. Hubo más: lo que podría haber sido un amor juvenil, acabó siendo -gracias a que realmente estamos hablando del mayor pintor de la historia-una pasión que aún conservo, y la suya, una de las expresiones artíticas que más me han conmovido. La impresión que recibí al ver "Los fusilamientos del 3 de Mayo" la primera vez en El Prado fue supongo lo que Goya esperaba cuando preparaba sus pinceles. Cuando vi las pinturas negras fue bajar a otro nivel, al que nadie me ha sabido llevar con esa claridad, paradójicamente.

Luego he vivido experiences similares con otras obras de arte. La Victoria de Samotracia: tenía 18 años y me quedé clavada en el centro de la sala, que daba vueltas alrededor mía. El Guernica, tan enorme, con tanta carga emocional para el que ha crecido en esa península. Las Meninas: lo había visto tantas veces en los libros del cole, y entras en la sala y nadie tiene que explicarte nada, el cuadro sale a tu encuentro. Y así.

Pero últimante, nada me deja en ese estado de shock, nada me inyecta esa euforia que afortunadamente aún me da la literatura o el cine, o incluso la fotografía. Cada vez que voy a una exposición, o bien salgo totalmente cabreada (véase el divague del atracador Damien Hirst), o ni fu ni fa. Y no me gusta... quiero, como a Sabina en la canción, que un cuadro me vuelva a dar alas en los pies.
De Hamilton ni me puse a hacer divague, el sintagma "el mal del famoso" me retumbaba en la cabeza demasiado. La exposición de Matisse hoy en la Tate Modern está bien, no me malinterpreten. A ver, "está bien" no quiere decir absolutamente nada más que a ratos me ha gustado: el del caracol, por ejemplo, y los que no me hacían sentir que estaba buscando una lámpara en esa cámara de los horrores llamada Ikea. Se tiene que entender que cualquier cosa que sugiere un mínimo flashback al espanto sueco, por condicionamiento clásico/pauloviano ya tiene mucho que perder.

No "entiendo" de arte, y "divagantes entendidos tiene el divlog" podrán diagnosticar lo mío... supongo que debe haber unos parámetros para separar "lo que es bueno" de lo que es bazofia. Así ocurre en mi mundo profesional: yo leo un informe de lo mío y lo sé, lo puedo incluso puntuar. Como no tengo estos parámetros, yo solo sé si "me gusta" o no.  Habrá gente que sabrá porqué Pollock "es" bueno. Yo solo sé que a mí Pollock no.

Pero es que luego no hacen nada para ayudar: la Tate va a hacer más pasta en la tienda de recuerdos de la exposición (paraguas, cuadernos, pañuelos, yoquesé, todo lo que puedan pensar con motivo Matisse, vuelta a Ikea) que en la propia exposición. El documental del famoso Banksy "Salida por la tienda de regalos" ("Exit through the gift shop") lo cuenta perfectamente: el "arte" es un maldito objeto de consumo más, y una se plantea cosas que no debería cuando está frente a los cuadros, y lo único que acaba teniendo claro es que pasará por la tienda de regalos con la nariz tapada hasta la calle donde tal vez se pueda respirar el viento que nos trae el Támesis, lleno de mierda, pero otra, tal vez preferible. La Tate se está expandiendo, el edificio de al lado ya está muy avanzado. Y va a tener más exposiciones temporales, como esta (las permanentes son gratis en este país), una brasserie y, aunque no lo pone en los planes... mucho espacio para tiendas donde comprar más y más paraguas de colores, un centro comercial del "arte". Entren, coman y pasen por la tienda de regalos. 


11 abril 2014

Días de spa y rosas: Tomemos el Palacio de Invierno

No tengo gustos de rica. Me explico: alguna gente valora "un buen vino", y su ilusión es abrir esa botella de tal anio. Otros se han transformado en gourmets y les apasiona ir a restaurantes con muchas estrellas.  Algunos trabajan horas extras para comprarse un anillo que vale más que mis vacaciones familiares. A muchos les ponen los coches. En fin, lo que quieras.

Yo no tengo gustos de rica: hay pocas cosas del mundo del glamour y del poderío que me atraigan (ahora saldrán mis biógrafos con colada sucia), pero aquí va mi confesión: lo mío es esto de las aguas. Los spas, balnearios, piscinas en tejados, playas privadas con agua transparente... ale, ale... vaaaale.

Decía, los spas. Hace unas semanas me fui con Fashion al Chelsea Harbour Club Spa a pasar el día. Había una oferta, que no cunda el pánico. Dejamos a Mini en el cole y, al volante de mi mini nos dirigimos rumbo norte en busca del Club. De acuerdo, el nombre prometía, pero como vamos de ingenuas cual es nuestra sorpresa cuando, tras pasar a una fila de 4x4s, nos damos cuenta de que es la fila para entrar en el Club. Son las 9:30 y hay atasco! Qué dura es la vida del rico, claro que cuando nos llega el turno sale un empleado que guía a los vehículos para cazar mamuts urbanos que nos indica que le demos las llaves y nos olvidemos, él hace el resto. 

El empleado es de color marrón.

Entramos al club y otro empleado todo sonrisas muy trajeado en recepción nos indica cómo llegar al spa, al restaurante y da un triple salto.

El recepcionista es de color blanco.

De camino vamos pasando otras dependencias del Club: pistas de pádel, tenis, piscina y otros deportes que desconozco. Mujeres con minifaldas Nike y hombres con camisetas Polo Ralf Lauren, de estricto blanco nuclear, le dan a las múltiples raquetas. 

Mujeres y hombres son blancos. Y a poder ser, tirando a rubios.

Llegamos al spa, y ya he tirado de Omeprazol: no es que todo esto me sorprenda, es que la simple constatación no hace bien a mi estómago. Allí la rutina de spa: los albornoces enormes, las esponjosas pantunflas, las toallas por doquier. Una de las chicas nos hace un tour: aquí está la ducha vigorizante, aquí la sauna seca, la sauna húmeda, la habitación de menta, la sala de sal, el chorro de hielo, las camas calientes, la piscina, el jacuzzi. Sin olvidar que a las 12 tenemos el masaje de cuello que venía en el pack.

La chica, que sonríe y se va, es blanca. 

Las hermanas nos miramos apabulladas: por dónde empezar? Esto es como un parque temático del hedonista acuático.  Nos damos la ducha, y de allí a la sauna y... no olvidemos el estudio sociológico, que para algo se me paga en el divlog. 

"Di, por qué estas mujeres están todas enfadadas?", pregunta Fashion. 

Porque son las 10 y pico de la maniana y, aparte de nosotras, hay dos o tres mujeres más con cara de muy pocos amigos. Deduzco que son socias del club, que viven ahí al lado y, como los que corren tras una pelota en los otros pisos, vienen aquí a diario.

 "Este es su trabajo", le contesto. 

De ahí su malhumor... debe ser duro hacer eso todos los días. Ya decían en México esa gran verdad: los ricos también lloran.

Llegan las 12 y volvemos donde las chicas para nuestro masaje.Ya se habían disculpado profusamente por teléfono: una tendría que tener de masajista "a un hombre". Fashion, a mí no me importa: es más, un masaje es un masaje y no quiero medias tintas. 

En estas que salen un tío y una oriental enquelque. A mí esa china como mucho me hace cosquillas, en serio. El hombre lee su papel: "Fashion?" y mi hermana: "Sí, soy yo, pero te toca esta" (me seniala, solo le falta decir ya voy con la pocacosa). Se ve al masajista abiertamente decepcionado: "Me toca la vieja!", piensa. 

Nos metemos en la habitacióny me veo obligada a explicarle el malentendido... el hombre pone música esotérica para olvidar, y... masaje de cuello? A mí el cuello no me llega hasta prácticamente el coxis, pero tal vez esté abierto a debate y yo no abro la boca. Pienso en cómo le estará yendo a Fashion con la oriental de 30 kgs. Lo mejor del mío es que no habla. Hago mindfulness por media hora intentando quitar de mi cabeza que eso se parece mucho a la explotación. Qué intrusiones más raras tenemos los pobres.

Salimos que nos comeríamos un jabalí... pero hay que subir al restaurante del Club y no se trata de comportarse como Obélix. Afortunadamente, aparte de las "ensaladas de vitalidad" que se están comiendo las de la minifalda deportiva, hay lasagna. Tonterías, las justas. Tras una maniana de activiad como aquella, solo carbohidrato en vena puede ayudar. 

El camarero es blanco, su acento de Birmingham?

En el restaurante  conocemos a dos chicas "normales".... o sea, así, como nosotras. Resulta que también están con la oferta que alguien les regaló para Navidad. Las cuatro nos apresuramos a aclarar que no somos como "los miembros del club". Ha vuelto el "orgullo de clase", que todos dan por desaparecido? 

La vida del rico es tan dura que, al bajar de nuevo al spa nos quedamos fritas en "las camas calientes"... un siestón del diez, tras los "trabajos forzados" de la maniana. Y más jacuzzi. Y largos en la piscina... y venga a gastar toallas... ya dije que las había a tutiplén. Hay unas mujeres que las recogen, y que pasan una mopa.

Todas son negras, y como las ricas, tampoco sonríen nada.

Llega la hora de irse: en el vestuario hay más de estas mujeres negras silenciosas, recogiendo y limpiando lo que las rubias han ido dejando. Quiero hablar con ellas y decirles que creo que su situación es una mierda, que el mundo es una mierda y que estoy con ellas. Que tomemos el Palacio de Invierno y esas cosas.

Las chicas del spa se despiden con sonrisas, más profiden del recepcionista y, al salir al aparcamiento, nos sale al encuentro el hombre marrón con las llaves de Wolfy. "Pensaba que no salían!" 

Me dan ganas de decirle: en eso nos diferenciamos de la gente del club: los que vamos con la oferta nos quedamos todo el día. Y sonreímos más.

06 abril 2014

FELICIDADES MARISA!!!

ZORIONAK MARISA!!!!

!!!Desde D&D todos te deseamos un feliz día y que cumplas muchos más!!!

Una vez quitados de encima los engorrosos preliminares, al lío:

Lo primero, os preguntaréis de dónde he sacado el material que adorna hoy el divague. Bien: si haces un gugel imágenes a "Felicidades Marisa" te salen todas estas cosas, y muchas más (si solo incluyes "Marisa" te salen un pibón del diez casi desagradable). He hecho cónclave de sabios con el "Equipo de Apoyo" pero solo me ha quedado al final Mini de opinadora, de ahí los resultados a la derecha.

Yo, sin embargo, he votado por lo de abajo: sé que a los divagantes les hará ilusión esta monada, y particularmente ser referidos, en lugar de "okupas", "los del patio", "divaflautas" o incluso "las hienas", con este bonito sintagma: "la comunidad en internet". Marisa, espero que "la comunidad en internet" se una a mí deseándote lo mejzzzzz




Ahora lo bueno: desde el viernes que  tengo yo planeado este regalo, el Verdadero. Así, como quien no quiere la cosa, cual fue mi sorpresa y la de mis compas el viernes, cuando se nos deleitó con un momento "Diet Coke". Me explico: los viernes trabajo en la Planta 9 de un edificio que se está cayendo a trozos: baños bloqueados, grifos que no funcionan, falta de toallas de papel... pero lo que falla en limpieza interior no se escatima en exterior!!! Sigan leyendo, mejora.
 
El viernes entre informe e informe: ey chicas! hay un tipo en la ventana! Sí, colgadito de unas cuerdas, haciendo rapel, el atento trabajador nos limpió los cristales de una planta en plan abierto, deleitando a propias y extrañas. Eso sí, fue solo vuestra intrépida Di, siempre en la vanguardia por mor de estas páginas (y en este caso, por mi amiga Marisa) la que le pidió, idioma de señas, si le podía hacer una foto. Y voilá! Claro que me contaron que cuando limpian el Evelina Hospital (de niños) van disfrazados de Spiderman. Se ruega que la próxima vez que nos visiten se esfuercen un poco más, cualquier superhéroe nos vale... no sé, Tarzán?

Oh y el momento "Diet Coke": hubo un anuncio en el UK (hoy un clásico, o si no cómo se explican esos pelos) que nos copió el guión. Ya se sabe que la ficción es una mera copia barata de la realidad salvaje en la que algunas vivimos. Salvajemente.

Zorionak guapetona, te queremos.



03 abril 2014

La ética del trabajo de un protestante y el sentido de culpa de un católico

Hace mucho tiempo, hice un divague titulado"Spain is different": Clientelismo, impuestos, picaresca, corrupción"   en el que comentaba lateralmente la premisa de Max Weber en su libro  “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” (1904): la reforma protestante hizo a los habitantes de esos países más industriosos y trabajadores, mientras que los países católicos, con la promesa de "la vida eterna", siempre tienen tiempo para hacerlo todo "mañana". 

Enlazando esto con un tema tocado en días anteriores-las cantidades ingentes de trabajo, en mi equipo me definen como una mezcla explosiva: "tienes la ética del trabajo de un protestante y el sentido de culpa de un católico". Vamos, que soy la empleada ideal. 

Sobre este y otros estereotipos europeos véanse los mapas de abajo del "Atlas del Prejuicio" . No puedo ponerlos más grandes o se me sale de la página, así que habrá que abrirlos aparte para leerlos (o clicar aquí). Para quien no tenga la energía, yo me quedo con el 9: la Europa "sexualmente reprimida" y "emocionalmente reprimida"... Y ya que se hablaba ayer del Homo Vascuenzis: deberíamos contactar al autor para que hiciera en esa bella zona una intersección donde ambas represiones conviven con alegría bajo el manto protector de "la cuadrilla"?