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25 diciembre 2016

Feliz Navidad

Cuando una mañana cualquiera de Diciembre hice esta foto del parque de enfrente de casa, no pensé que haría una buena felicitación de Navidad. Solo me pareció tirando a mágica. 

Feliz Potlach, Navidad, o lo que sea... 

Abrazo,

Di



19 diciembre 2016

Nadador bajo el agua, André Kertész, 1917


Nadador bajo el agua, André Kertész, 1917

A Elton John le dio, en un punto de su vida, "cuando estuve sobrio", por la fotografía. Comenzó a coleccionar fotos míticas (por ejemplo, Man Rays, Dorothea Lange, etc), y ahora las comparte en una exposición en la Tate Modern: "The Radical Eye: Modernist Photography de la colección de Elton John". 

Hoy ha sido un día de museos. Esta del hungaro André Kertész es una de mis favoritas.

12 diciembre 2016

"Eyes Wide Shut" en lo de los vecinos

Siempre me ha gustado este cartel:
cuenta una historia él solo
El sábado tuvimos fiesta en casa de unos vecinos que conocimos por la calle. Son españoles, él trabaja en el business del luxury y el poderío y viven en un casoplón tipo El Mueble en la calle lateral de la nuestra. Ya estuvimos en verano en otro sarao que montaron pero esta vez, recibimos invitación con la siguiente directriz: "Trae una máscara/antifaz".


El fantasma de Stanley Kubrick se me aparece: Tom Cruise entrando en el hall inmenso de una mansión perdida enmedio de la campiña, todos con máscaras y, lo que allí pasa, que tengo como borroso. La última interacción de la peli, sin embargo, se me quedó grabada: Cruise le pregunta existencialmente a Kidman, sobre su relación en el abismo, "Qué podemos hacer?" y ella contesta con un lacónico: "Follar". 



Oh, pero antes, o esto no sería divagando, tendréis que leeros porqué tengo un par de máscaras hechas a mano que vinieron desde Australia, desde hace ocho años.


No me gustan las bodas, de hecho he estado en poquísimas, con la excusa de vivir lejos. Todo me parece increíblemente cansino, tengo la impresión de estar todo el día "esperando" (a que vengan los pobres performers del día, los novios, a que se hagan fotos, al cocktail, a los entrantes, pescado, algoparabajarlo, la carne, la tarta con música nupcial y distintos niveles de horterada, al baile, a la recena! de verdad...). Para los impacientes como yo, una boda es de lo peor: no procede sacar tu libro, ni escribir tu blog, ni escuchar el último podcast del Newyorker... Claro que, igual dramatizo, a saber qué serán los bodorrios hoy en día con Twitter e Instagram (no lo quiero saber, en todo caso). 


Así son los Cotswolds





En el UK solo he estado en un enlace (qué bonita palabra, los cazadores cazados), y en algún aspecto fue tirando a poco convencional (si esto no es una paradoja).  Una compa de trabajo se casaba con un australiano varios años menor que ella y nos invitó a todo el equipo. La unión se celebraba en los Cotswolds, una zona maravillosa en el oeste del país, donde las mujeres de su familia habían heredado una casa. 


La tía abuela soltera, independiente y feminista, dejó en su testamento que su casa con jardín enorme (que terminaba en extensiones ingentes de idílico verde) de los Cotswolds iba ser heredada por todas las sobrinas, pero solo ellas. Los chicos quedaban excluídos (yeah!). 

Mi compa se compró el vestido de novia de segunda mano en la página web de Oxfam for £40, y allí mismo hizo su lista de bodas: nosotros le regalamos, entre otras cosas, cuadernos para colegion y una cabra para una comunidad de algún país africano. Los novios llegaron a la iglesia en un carruaje tocotó tocotó por las calles empedradas de aquel pueblo (era una boda, al cabo, no todo podía ser hippismo y flowerpower).  Luego, en el jardín de la casa montaron una carpa que fue donde acabamos cenando (pollo al curry, entre otras cosas: el catéring de las bodas inglesas no es tan enloquecidamente prohibitivo como las espanis), pero antes, estuvimos mucho rato por el jardín haciendo juegos y... eligiendo las máscaras!!! 



Mini baby!!!!!!

Resulta que a la madre del novio, allí abajo en Oz, se le ocurrió la extrania idea de hacer máscaras individualizadas, todas distintas, para cada uno de los invitados. Parece ser que los últimos días ella y sus ayudantes prácticamente no durmieron, porque el trabajo fue colosal. En todas había un detalle y una creatividad enorme. La del Peda era motivo "mago" la mía "romántica" (según me informaron luego). Mini no tuvo porque apenas tenía 3 meses! 


Aparte del bodorrio, fue un finde lleno de aventuras: alquilamos un coche y de camino a Painswick pinchamos en toda la autopista de 5 carriles (hay alguna foto mía dándole el pecho a Mini en la cuneta mientras esperábamos a ayuda en carretera)... por ello llegamos tardísimo y no sé cómo, en semejante oscuridad, encontramos el B&B (Bed & Breakfast, el equivalente de Casa Rural en el UK), que era por supuesto, una casona enmedio de la nada, rodeada de acres y acres de praderas con caballos, y al que se llegaba por caminos sin asfaltar como de peli de Tim Burton. La pobre mujer salió con linterna (o farol: "ah de la casa!") pensaba que ya no llegábamos. A la maniana siguiente descubrimos que... tenía piscina!!! Y siendo esto el UK, el agua estaba templada! (sí, en Agosto y aún así no se puede uno baniar con agua según sale del grifo-welcome al Norte de Europa), así que me di un banio mucho chulo, el único que me habré dado en el exterior en esta isla.

Nuestro B&B
Al fondo, el B&B
Reto: llega de noche























Pero divago: se que queréis leer sobre las máscaras. Antes, la reflexión unos días más tarde de mi antiguo jefe David: "Máscaras en una boda? Las máscaras sugieren cambio de identidad, promiscuidad, todos-los-gatos-son-pardos... cómo se les ha ocurrido hacer eso en una boda, el momento en el que hay que pretender amor eterno y que esas cosas no ocurren? Toda la razón: las máscaras son para ser malos. 


Con esa premisa, me pongo a desempolvar las máscaras del altillo, para la fiesta de los vecinos. Nadie se las habrá currado tanto, esto parecera un ejercicio de "show off" (presumir), me digo. Al llegar, lo confirmo, y además veo claro que es una macrofiesta, donde conocemos a muy poca gente. Di antropóloga-del-blog no se pone la máscara (paraójico, por pudor!) pero se pone su anteojos metafóricos de camaleón analista, tomador del pulso de una realidad que no es la mía-sino la del 0.0001%/

La fiesta la dan tres casas consecutivas: empieza en la de los españoles, y termina en la de David, que ha montado "una discoteca". Hay muchísima gente, toda la planta de abajo, que es muy grande, y está hasta arriba. Lentejuelas, terciopelos, pero también "ingleses", si se me entiende. Solo algunos llevan máscaras y en su mayoría se las han subido a la frente. Tenemos "small talk" con desconocidos. Un viejo le pregunta al Peda "qué clase de creativo es" (el viene "de parte del numero 22", que el tipo es creativo, y vendió su empresa hace 2 años-me da una pequenia arcada, no quiero ni pensar por cuánto). Soy testigo del momento en el que el Peda, viejo artista del pincel (y ahora limitado por "la falta de espacio, necesito un hangar") dice "no soy creativo". Un tal David, el del número 18, el que ha montado la discoteca, nos habla del horror del Brexit, y cuánto ama él a Europa, porque tiene una casa en St. Tropez, donde va una vez al mes (por un momento, tengo problemas para repartir mi odio entre los breiters y remainers como David que, no me malinterpreteis, es simpatiquísimo). Los camareros que sirven Moet Chandon me admiten que no son profesionales, que por eso llevan 3 minutos abriendo la botella. Para picar hay diversas bobadas, hasta que llegan ellas: dos de Alicante, la que vive aquí abogada que trae una coca riquísima y el highlight de la noche: ROSCON DE REYES!!!! ?Yo he hablado alguna vez de lo que me gusta esta pieza de pastelería? Pues esta mujer lo hace a mano, como los ángeles! Me cuenta el making off-cómo hacerlo (alma en pena: segunda instrucción y ya estoy perdida, poor executive function) y añade: "no hay nata como la inglesa, la Double Cream de Tesco, yo me la llevo a Alicante". Divagantes, la tía la monta!!! 19 años en esta país y no se me había ocurrido que esta nata en pequenio tetra-brik se puede montar, y sale esa gloria!!! Claro que, admitamoslo: no he montado nata en la vida. 

En un punto gritan: a la otra casa! A la discoteca!!! El Peda va por su tercer trozo de roscón, yo llevaría nata hasta en la máscara-si llevara. Porque sí, divagantes, no vemos el momento de ponernosla y, como Cenicientas, a eso de la medianoche nos tenemos que subir a la carroza (metafórica, no como los de la boda), para ir a relevar a la canguro de Mini. Nos damos una vuelta final básicamente cotilla por el numero 18-sección disco-, donde el salón  está despejado de muebles, oscuro, luces de colores y bola de espejos. David, dada su avanzada edad, sinceramente promete como DJ (ser cool para él serán tal vez los 80?), y solo nos queda imaginar que a partir de medianoche la gente comenzara a bajarse las máscaras de la frente, convirtiendo la cosa en una de esas leyendas urbanas, la swinging party británica, donde parejas aburridas tienen sexo intercambiable con otras parejas aburridas. 

Ya llevo dos eventos con máscaras y, por hace o por be, ni un "Eyes Wide Shut". A la tercera va la vencida, divagantes... no os fallaré!


09 diciembre 2016

La fiestuki continúa...


... lo prometido es deuda... el divagante LUX lo ha vuelto a hacer! No es maravilloso?! 

Divagantes del korrintxe, divagantes fantasma del pasado, tal vez divagantes del futuro (Javier Marías, también completamente semidesnudo, creéis?), divagantes que nos siguen en la sombra (Landelino y Soriano, ambos-confirmado-completamente semienbolas), jerga de Mini (rutulador y olor de Yísus, por cierto, tengo updates)... y la repelente niña Vicente de Di, dando clase? (me encanta la muñequita)

GRACIAS LUX, es una pasada. Voy a tener que hacer una votación sobre si lo pongo de fondo... no me puedo decidir! Me encantan los dos! 

Estoy dando saltitos! GRACIAS!

08 diciembre 2016

SIETE























Hoy hace 7 años, SIETE! que seguí a Diva en este proyecto bloguero. Sabéis que siete es uno de mis números de la suerte? (sí, como el de todos, diréis). Bueno, pero es que yo nací en una casa que tenía ese número.  

Extrañamente (esto daría para otro divague, pero mejor, para un relato), cuando yo estaba en la uni, pasó a ser el 13. Que también me gusta, como el 23 (numeros primos?) o el 1 y el 3 (razones personales?) o el 10 (mi número de jugadora de baloncesto, tal vez?). Pero divago: el 7 siempre será mi número, porque era el numero de La Casa.

Esto, junto con que estaba pensando qué ejercicio narcisista podía hacer este año para celebrar el cumple del divlog, me ha llevado al divague de "Casa Tomada: Tomados por la casa".  Releyéndolo, he llegado a la conclusión que, de los 1301 divagues (de los cuales 365 son de Diva), el que más me gusta es precisamente este. En él hablaba de esa casa de número siete donde aprendí a caminar, donde mi hermana aprendió a vagar por los pasillos (lo que se ha convertido en su leitmotif), y mi hija dio sus primeros pasos: casi la veo, entre el sofá y uno de los sillones, con un año y un par de días. 

Mi post favorito habla de esa casa y lo que representa, y de unos de  los quince días mejores de mi vida.


Y como no sería narcisismo completo, si no digo esto, ahí va: si alguien se acuerda de un divague que le gustó, o tal vez uno que le enfureció, o lo que sea... hoy es el momento de decirlo!


Lo hagáis o no: Gracias por estar ahí.


05 diciembre 2016

DiScrooge se enfrenta a la temporada festiva



Hoy, en el parque frente a casa,  se han juntado dos de mis fobias: correr y la Navidad. Una carrera con miles de personas corriendo 5 kms disfrazados de Santa para recaudar fondos para el hospital de Peter Pan. Qué podría ser peor? Correr con un pájaro al hombro? Navidades con un cuñado de Ciudadanos a la mesa? Celebrar las Navidades comiendo pájaro (cualquier modalidad) y correr para bajarlo? No sé, las posibilidades son múltiples...


Como buena Scrooge (este es un papel que ha estado latente en mí, pero al que quiero dar paso de una vez por todas-claro que si leo ese post... recordemos la ACELGA!!! esperándome en las Vetustas...), me he negado a participar, así que mis compas de piso, Mini y el Peda, se ha ido con unas amigas y su madre. Yo, que me debo a los divagantes como reportera tomando el pulso de la ciudad, lo he grabado: así fue, y así se lo contamos. 



Decía, este año estoy poniendo de mi parte y mi papel de Scrooge está más en lo alto que nunca. El Peda viene con que tiene que ir "con jersey navideño a una fiesta". Uno de esos horribles jerseys con renos y cascabeles! Una luz se hace en mi cabeza: hay uno rojo con muñecos de nieve por la oficina que un compa no se ha llevado a su casa desde el año pasado! Peda, yo te traigo uno, demos un respiro al planeta. Y o acaba aquí: el otro día una de las jóvenes de mi equipo viene de nuevo con "traigamos algo en plan comida de navidad a la última reunión del año" y, no contenta con eso: "hagamos Secret Santa" (el amigo invisible). Todo el mundo calla y mira a los lados. Alguien-lo habéis adivinado, Scrooge-tiene que decir La Verdad: "mirad, lo de la comida, si no hay otra, sea. Pero el Secret Santa, PASO" (en serio, ya no me quedan velas aromáticas). Yo esto lo hago por el planeta. Basta! Y así todo...


Queridos: comienza la carrera de las fiestas de Navidad. Doy por inaugurada la temporada de brillantina en D&D, retransmitida por Scrooge, quintacolumnista gruñona que, os lo digo, solo va por ser vuestros ojos. 



Pero no correré!

01 diciembre 2016

Tu novia es muy guapa, pero hacéis una pareja bien fea

El feminismo es necesario, es imprescindible, es vital. Sí: incluso ahora, incluso en occidente, incluso en las profesiones liberales. 

Por supuesto también lejos. Hoy recibo un email de Plan International con la buena noticia de que PLan ha logrado que en Malawi el matrimonio no sea legal hasta los 18 anios.  Una chica, cuya hermana fue una de esas "child brides" (ninias novias), comenzó la lucha y fue apoyada por "Because I'm a girl" de Plan. Que te obliguen a casar a los 16: qué drama. 

Ayer me entero que en la televisión pública de Marruecos (atención, pública), a tenor del día de la violencia en contra de las mujeres hacen un reportaje enseniando a las víctimas cómo maquillarse para cubrir las moraduras, cortes, etc. 

Antes de ayer escucho un debate en la radio sobre la mencionada violencia contra las mujeres y una de las participantes exhorta a las oyentes: cualquier mujer que nos escucha, que piense si puede decir con tranquilidad que en toda tu vida no ha sufrido una agresión por parte de un hombre. Agresión en el amplio sentido de la palabra, que puede ir desde un comentario desagradable que te hace sentir mal, hasta burradas que leemos en la prensa, pasando por un tocamiento, así de pasada. Invito a las divagantas a que lo piensen. Yo, desde luego, tengo más de una, y contaré la que recuerdo como primera porque será de lo más ilustrativo: era el verano de-atención- 4 de EGB (9, 10 anios?). Estaba de colonias con las monjas en el monasterio de Iranzu, Navarra, Reserva Espiritual de Occidente y por allí cerca había un colegio de chicos de colegio de curas acampados. Una tarde, estaba con un grupo de amigas, y pasó un grupo de los chavales por nuestro lado. A uno de ellos le pareció una gran idea en ese momento pellizcarme el culo. Pobre: no sabía con quién había topado. Con 10 anios, recuerdo la humillación, el cabreo, estar viendo en rojo. Mis amigas me intentaban consolar cuando, veo que el tío, arropado por su grupo, estaba cogiendo algo del suelo. Ni corta ni perezosa fui corriendo y, con todas mis fuerzas le metí una patada en, esta vez, su puto culo de pre-machista. Habíamos venido de caminar por el monte y llevaba las chirucas, enormes, duras (le faltaban los crampones!) , perfectas. El imbécil me persiguió, pero no me alcanzó, y me juró venganza. Diez anios: por qué?

El finde escucho las declaraciones del alcalde de Alcorcón, un impresentable, un payaso, un imbécil más que habría que ignorar si no fuera porque está ahí gobernando. Al pobrecito le indigna que se esté legislando siguiendo inspiración de las feministas. Que somos todas unas rabiosas y frustradas. Lleva razón: frustradas estamos, de que le voten a gente como a él. Pero lo de la rabia, ay, yo es que soy antigua y creo que la rabia y el cabreo son motores fundamentales de la historia. Así que entiendo que moleste a los que no quieren cambiarla. Pero el que a este desgraciado le resulte cualquier cosa molesta, me estimula. 

La semana pasada un compa de la facultad me envía unas fotos con su novia, 15 o 20 anios menor. Se han conocido en el caldo de cultivo de relaciones de poder ideal: el trabajo. Vienen a ser como el abogado y la que está en prácticas, el médico y la enfermera, el jefe y la becaria: suena cliché, pero es el mayor estereotipo imaginable. Ella es una rubia con esos rizos que algunas meten horas en trabajarse ahora, los ojos azules, carita sonriente, muy guapa. Al lado de mi compa, cuarentón, canoso, con incipiente papada, me da una pequenia arcada (y van vestidos), y ganas de decirle: "tu novia es muy guapa, pero hacéis una pareja bien fea". Alguien se lo va a tener que decir, porque está claro que de los otros tíos solo va a tener palmaditas en la espalda, "menudo tío", y secretamente "ojalá pudiera yo quitarme a mi mujer por un bimbo de este pelo". Alguien se lo va a tene que decir a este tío, y a otro, y al de más allá. 

Porque todo lo que he contado aquí, desde lo más bestia hasta lo más leve, es machismo. Y es nuestro deber mostrar rechazo social: es la única manera. Aún recuerdo los días en los que alguna gente presumía de enganiar a haciencia. Hoy, aún mucha gente lo hace, pero pocos se vanaglorian en público. El problema con el machismo es que aún publicidad machista, perpetuación de los roles machistas, letras de canciones machistas, actitudes machistas son aceptadas e incluso aplaudidas. O incluso votadas: y no hablo solo de Alcorcón, también de países de 325 millones de habitantes. Estamos asistiendo a una contracultura-a falta de mejor palabra- y regresando a temas que creíamos muy superados. Los de veintitantos, que creen que el sexo es lo que ven en el porno, y la poesía los versos de reggaetón, deberían estudiar historia. 

No os calléis. Perderéis algún amigo, pero serán de los que no merecen la pena. 

28 noviembre 2016

El humor como herramienta de cambio político: Es posible?

Nunca me había pasado esto tan mal, que con un divague casi terminado se me borrara todo cuando cambiaba nosequé. Todo el post se ha tornado una letra, y por mucho que he ido para atrás, no lo he logrado recuperar. Tenía enlaces, tenía fotos, tenía citas de un podcast... odio la vida. Por si alguien se lo pregunta, no he llorado: pero la ocasión, os lo digo, lo merece. 

"No nos burlemos de la Guardia Civil, la humanizamos". Así comenzaba, con esta frase que escuché por la radio y me hizo saltar. Un actor de serial televisivo está haciendo este análisis sesudo de uno de los efectos del humor, humanizar? Entonces eché para atrás (bellezas del podcast) y me di cuenta de que solo una letra podía cambiar totalmente el significado de una frase. El actor decía: "No nos burlamos de la Guardia Civil, la humanizamos". Ah, o sea, se intentaban defender de acusaciones, y además iban a intentar humanizar nada menos que a la Guardia Civil. Good luck.


Esta anécdota me recordó otro podcast, el último de la "Revisionist History" de Malcolm Gladwell titulado "The satire paradox" (La paradoja de la sátira), donde Gladwell habla precisamente de esto, de lo que se busca con la sátira, y lo que se consigue, que a veces es muy distinto. 

El primer ejemplo que usa es el del programa televisivo ochentero británico "Loadsamoney" (Muchapasta), del cómico Harry Enfield. Enfield, crítico con Thatcher y sus políticas, liberal del izquierdas (en contraposición con la clase trabajadora de derechas que lee The Sun) creó un personaje de comedia, el típico bufón de derechas con coche llamativo, cadenas de oro, y mucha pasta (producto de la construcción en época de boom inmobiliario, suena de algo?), que hacía reír por igual a los de derechas que a los de izquierdas. En un programa, criticaba a las enfermeras (pendones!) que estaban de huelga, y de esto se reían los de derechas (que trabajen!) y la izquierda (qué gracioso, es ironía). Anios después, Gladwell le pregunta a Enfield si cree que su comedia cambió algo y él contesta: "nada". Un ejemplo parecido es Colbert, un presentador de show muy de derechas (lo representa o lo es? no me queda claro), que cuando fue una mujer de izquierdas a su show le preguntó, "así que eres comunista?" Todos rieron: los de derechas porque lo veían como un ataque a ella, y los de izquierdas porque lo entendían como un autoataque. Quién es el objeto de la broma? A veces, mientras intentas aclarar quién es, se te ha perdido el contenido. Pero no deja de tener mérito atraer a los dos polos del espectro, por distintas razones. 

Gladwell habla de Tina Fey, una humorista que se hizo famosa en 2008 por su imitación de Sarah Palin. Aparecía en un show de máxima audiencia y casi no tenía que escribirse guión, tales eran las declaraciones normales de Palin. Un día, Fey es entrevistada sobre esto y, en lugar de ir al meollo de la cuestión, que era "alguien tan poco cualificado como esta persona podría ser vicepresidenta" (gritito, aunque si se vieran ahora...), terminan analizando la mecánica del humor. O sea, de dónde sacó la inspiración para el acento, y cosas así. Pero el problema de Palin no es cómo habla, sino cómo piensa, y lo que va a hacer como gane. Pero esto no se toca, Fey está demasiado ocupada en ser graciosa... y luego, la hecatombe. Aparecen Fey y Palin en el mismo show, vestidas igual, con el mismo peinado: introducen a Palin en la broma, la hacen aceptable, votable. Palin gana. 

Por último Gladwell describe un ejemplo de algo que él considera verdadero humor arriesgado y que mueve. En Israel, hay una grupo de humoristas progresistas, gente que querría que Palestina tuviera su propio estado, esas cosas. Parece ser que hacen un show verdaderamente que pica... cuenta el sketch de un grupo de ninios de guardería que contestan a preguntas de la maestra como loritos de un adulto de derechas. La profe les ensenia el mundo, y les dice "Esto es Israel, cómo se llama el resto?" Y ellos "antisemitas"... y así todo. Gladwell se ríe mucho, nos cuenta, pero la segunda vez se pone a pensar. Esta no es sátira fácil, sino que muerde. 

La sátira requiere interpretación, es complicada. No todo es lo que parece. Jonathan Coe dice que humor blanco como el del gordo y el flaco, los tortazos que se dan mientras intentan subir un piano, hablan de un problema físico humano imposible de solucionar, y nos reímos. Pero la política, aunque tiene algún tema imposible, muchos otros se pueden tratar, y con solo reirnos y pasar página no hacemos nada. 

La sátira que predica solo a los ya convertidos, cual es su objeto? Así me sentí hace un mes en el "Mongolia El Musical". Todos los que estábamos allí éramos de una cuerda determinada (o tal vez en Londinium algunos fueron solo porque era en castellano... me gustaría haber escuchado a alguno-hay una pequenia sádica en mí, está claro). Pero, es esto tan extranio? Os tengo que admitir que cuando voy a Ejpein y caigo frente a una pantalla, acabo en La Sexta. Que, por cierto, y pese a lo que me gusta Wyoming, no le hizo un sarahpalin a Esperanza Aguirre? Tanto meterse con ella, reírse de ella, no acabó así siendo una seniorona rancia simpática, en lugar del horror ideológico y ejecutor que es? Esto por no hablar de Pablo Motos en el Hormiguero, sacando a Rajoy dos días antes de las elecciones para, en lugar de meterle los colmillos en la yugular ofrecerle un escenario para que con sus sentencias de abuelo autista llegue a la gente? Cuántos votos le dio al PP Motos con ese masaje?

Gladwell conclude con que se puede decir casi todo con humor. Los comediantes se han convertido en nuestras voces de la verdad. Si quieres decir algo que duela, mejor lo cubres de azúcar con humor, como decía Mary Poppins... una cucharada de azúcar hace que la medicina pase. Las audiencias que tiene estos shows, o estos humoristas, ni de lejos las pueden alcanzar los editoriales de los periódicos, las piezas de investigación más prestigiosas... nada. Tienen un poder increíble, y hay que aprovecharlo. Humanizando al enemigo solo le hacemos un favor a él. 




25 noviembre 2016

"Captain fantastic", trastorno bipolar, y breve frivolidad a tenor de Vigo

Este divague no es una crítica cinematográfica a la última peli de Vigo Mortensen "Captain Fantastic". No quiero hablar de la fotografía, ni entrar si en un punto hacia el final el guión desvaría un poco (que en mi opinión, lo hace). No quiero hablar de los grandes temas, ni de las mise-en-scene. 

Este divague podría ser, entonces, la carta que yo escribiría al director, al guionista, a Vigo, sobre un punto del guión donde creo que han patinado, y me parece un problema que en pelis y en literatura la gente no se informe y aún sigamos con estos fallos de base. Tiene que ver con el eterno tema malinformado: la salud mental, o más en concreto, la falta de salud mental, aquí en Trastono Afectivo Bipolar.

Al principio de la peli aparece Vigo, padre de tropecientos hijos, llevando una vida de supervivientes en el bosque. Cazan animales para comer, se cosen la ropa, y él los educa leyendo "Los hermanos Karamazov" y "Middlemarch". Al calor de la fogata tocan instrumentos musicales, y con el alba escalan paredes verticales. 

Dónde está la madre? Los más pequenios lo preguntan en algún momento y entonces Vigo, que nunca miente (estos son ninios que nunca han creído en Los Reyes Magos o en la abejita y el polen: Vigo les ha hablado de las feromonas, y demás mecánicas del coito, fases mórula, embrión, su camisita y su camisón) les dice exactamente que, como saben, su madre está en el hospital porque tiene "un desequilibrio de serotonina en el cerebro que la hace ser infeliz". Básicamente luego sabemos que la madre sufre trastorno bipolar (maníaco-depresivo) y que su familia (padres adinerados) la han ingresado para tratarla, porque no están nada contentos con esta vida del bosque: ellos tenían una hija preciosa que conoció a este lunático y acabó matando mapaches para comer, y haciéndose un gorro con la cola. 

No es un spoiler contar que la madre se suicida porque aquí comienza verdaderamente la peli: se torna una road-movie en la que Vigo y los siete hijos van al funeral y sus interacciones con "el mundo real". Estos choques culturales se pueden considerar el meollo de la peli, el preguntarse si es abuso al menor el imponerles esa vida, o si por el contrario los hijos son más sabios que los que están pegados a sus pantallas en la así llamada "civilización".

Pero no he venido yo aquí a hablar de los grandes temas, sino de la enfermedad de la madre, enfermedad mental de las severas. Quiere la pelíula darnos una visión sobre el origen de esta enfermedad? Qué datos científicos maneja para formular la etiología? Qué predispone a alguien a desarrollar trastonor bipolar? Qué lo desencadena? Qué lo mantiene? Pues, pese a la pequenia charla de Vigo sobre el neurotransmisor serotonina al principio, el resto de la película lo ignora y todos se dedican a culpar a la vida en los bosques, (inducida por Vigo, los padres de ella sugieren) como la causante de su desorden. Tanto es así que hasta el ultra-seguro de sí mismo Vigo llega a culparse del suicidio en algún punto. 

Seniores guionistas: si querían plantear ese tema, que alguien se ha venido abajo por un estilo de vida, es inapropiado usar un bipolar. Un desorden que, si no medicado, va a estar presente de todas maneras, aunque te encante su estilo de vida. Vale que circunstancias ambientales peores no ayudan e incluso pueden acelerar su desencadenamiento, pero el desorden no es causado por un ambiente hostil (que encima en la peli no parece que lo fuera, sino que tanto ella como Vigo lo eligieron libremente y les iba esa marcha).  Estaría bien que consultasen con algún profesional... no sé, sugiero. 


Pero no terminemos así de bajona, pasemos a un necesario momento frívolo: Vigo, oh Vigo. El divagante pitagorín tal vez recuerde mi elección de Vigo para mi tesina sobre las barbas. No, no fue al azar: Vigo me parece atractivo. Pues bien: hace unas semanas le escuché en una entrevista por la radio que... no pude acabar. Vigo, si ese es su estado basal real (y no le pasaba nada ese día, quiero decir) me pareció un tipo melancólico, intenso, sin sentido del humor. Un senior que se toma a sí mismo muy en serio y con el que una cena se me haría eterna (estamos hablando de que cambié una entrevista de media hora!). Al escucharlo, iba recordando la (no sé si leyenda urbana) de David Trueba: en pareja con Ariadna Gil, esta le dejó por Vigo. Trueba, que sigue siendo amigo de los dos, lo asumió perfectamente diciendo: "claro, es que no hay duda, entre Vigo y yo, es evidente". 

Ahora te entiendo Trueba, eres malvado: sabías perfectamente las cenas que le esperan a tu ex el resto de sus días con el buenorro de Vigo...

22 noviembre 2016

Querida Mini: La noche irónico-patriótica del Royal Albert Hall

Querida Mini,

Te escribo esta carta para que la noche del sábado nunca se nos olvide. Sé que habías estado antes en conciertos, en ballets, en teatros... pero ayer fue la primera vez que fuiste -conmigo!- al Royal Albert Hall, a uno de esos conciertos populares (los "Classical Spectacular"), de aquellos que tocan piezas famosas para la gente que escucha Classic FM, en lugar de la BBC3, casa de la clásica más hardcore). O sea, esto no era para escuchar todo el Concierto para piano nº 2, op. 18 en do menor de Rachmaninoff o las Suites para violonchelo solo, BWV 1007-1012 de Bach (dos de mis piezas favoritas, sin intentar pretenderme la melómana clásica que no soy). Era "música clásica para el pueblo", o el populacho, casi diría yo (imágenes de la gente de la calle disfrutando de una ópera de Mozart en "Amadeus" vienen a la cabeza... sí, "Amadeus", esa peli que aún no has visto entera- no porque te diera miedo el malo Salieri disfrazado de "Darth Vader" cuando visita al prota, sino porque el pobre Wolfgang "bebía demasiado vino"). Pero para dos chicas, una de 8 años que nunca practica su guitarra todo lo que debería (aunque esta mañana nos has deleitado con "Wild Things"), y otra de 45, mera aficionada a la clásica pero casi pro, apasionada observadora del género humano: perfecto. 

Mi júnior, K, coreano, conoció a su novia, S, en un grupo de coreanos en Londinium. S. es violinista de la Royal Philarmonic Orchestra, y la semana pasada nos ofreció dos entradas. En este concierto, además, ella iba a ser "concertmaster" (concertino,  violinista que dirige a los primeros violines, segunda en rango tras el director). Así que aunque no la conocíamos previamente, nos hizo ilusión saber que esa chica asiática de veintitantos que entró una vez que toda la orquesta estaba sentada y dio la mano al director era la novia de K. 

Al llegar al Royal Albert Hall, te quedaste alucinada.... ya lo habías visto otras veces de paso por fuera, pero es distinto ir de noche, todo iluminado, y a un concierto! Como escribiste en tu diario "I have to go all fancy and black" (tengo que ir toda de guapa y de negro). Y las dos fuimos glamurosas en plan brujas, y allí nos encontramos desde gente con lentejuelas hasta con otros en anorak. Había muchas abuelitas inglesas de esas que abundan en los pueblos de Yorkshire, y al ver la cantidad de autobuses a la salida, mucha gente desde luego venía de otras ciudades (ya conocemos gente que viene desde Nottingham a los Proms, por ejemplo). Nota: Los Proms son un ciclo de música clásica que ocurren en verano en Londinium desde 1895. Desde hace tiempo queremos ir, pero siempre están vendidos ("sold out", el sintagma más frecuente en esta ciudad).

Recogemos las entradas en la taquilla y al entrar, nos indican seguir el pasillo hasta la puerta 6. Al ser una estructura circular, el pasillo está alrededor del hall central, cubierto de cuadros con fotos de gente que habrá actuado allí (sí, David Bowie!) y por fin llegamos a nuestra entrada. WOW, cuando entramos: "its awesome!" dices... un auditorio circular con capacidad para más de cinco mil personas, es verdaderamente impactante. 


Esperamos unos 20 minutos: estamos en unos asientos geniales, en el centro del nivel inferior (stalls), pero hacia atrás con lo que hay pendiente. Cuánto falta, Mummy? 15 minutos? Cuánto falta? 10... Va entrando la orquesta poco a poco, detrás unos uniformados del ejército (no aplaudimos), y el coro. El auditorio está todo vendido, y hay claramente un ambiente muy distinto de otros conciertos de clásica: hay banderas británicas (la Union Jack) colgando de las paredes, y todo el mundo lleva sus propias banderas (que deben vender junto con el programa "en el puesto instalado en el hall del teatro"-gracias les Luthiers). 

Entra S, entra el director, y sin decir nada, todo se pone violeta y lo que entra como un tsunami es el "Carmina Burana" de Carl Orff. Nos quedamos todos clavados en la butaca, tal es la fuerza de esa pieza. Te encanta, no parpadeas. Luego me dices que en clase de música os la habían puesto y os habían preguntado "cómo os hacía sentir", y me dijiste "asustada". 


Al terminar el director se vuelve y... habla al público! Un foco de luz cae sobre él, como si fuera una superstar, y nos da la bienvenida con un tono que en absoluto asocio al de un atormentado director de orquesta, y mucho menos un estilo que fuera a ser aceptado por el público regular de conciertos de clásica.


Y así sigue el concierto, pieza tras pieza archiconocida (y amada), con alguna tal vez algo menos. Todas los movimientos más famosos de las obras que están en la cabeza de todos, nombradlas: El Claro de Luna de Debussy, El Danubio Azul,  El Verano de Vivaldi, el Coro de Aleluya de Haendel, el final del Lago de los cisnes, Csárdás de Monti, Música Acuática de Handel...  También óperas: La Donna e mobile, la Canción del toreador de Carmen, el coro de los soldados de Fausto, el preludio del Acto III de Lohengrin de Wagner, el Dueto de los Pescadores de Perlas de Bizet, Nessun Dorma  de Turandot. Y otras que a mí me sonaban menos, como Finlandia de Sibelius o The lark ascending de Williams, o algunas abiertamente militares (recordemos que tenemos a los uniformados allí) como "The liberty bell march" o abiertamente nacionalistas  como "Land of Hope and Glory" o incluso "Rule Britannia!" Al final la Overtura 1812 de Tchaikovsky... con cañones y todo!


Menudos susto! A ver, que ya íbamos preparadas porque toda la noche había sido así: luces de colores, en plan halos de láser a juego con la música, bailarinas con vestidos de esos que hacen tus delicias (aunque lo niegues) con el Danubio azul, soldados con la Marcha Radetsky, o el solista de violín paseando entre el público... pero, que no estamos en ciudad ni época para empezar a echar disparos así sin aviso! La reacción de la gente, mirar para arriba sin ninguna sonrisa en plan "qué pasa ahora", y por fin, suspiro general porque desde los arcos de arriba salen cañones y fuegos artificiales. Te recuerdo tapándote los oídos y bastante asustada, tú que no te asustas de nada (bueno, de Mozart borracho o más recientemente del pintor Turner enfermo en la peli de Mike Leigh). 

Pero eso no fue, Mini, ni de lejos lo que más miedo dio de la noche. Te cuento: la última noche del ciclo de música anual veraniego, los Proms, es muy famosa por ser un poco una versión de nuestro concierto: grandes hits y además, se termina con música patriótica. La gente va disfrazada, ondean banderas, y se retransmite por la radio por todo el mundo. Este año, el "Rule Britannia!" y demás no se vieron libres de polémica, porque, tras el Brexit, el ondear una Union Jack se ha vuelto tan culpable como  ondear una roja y gualda (por qué, te preguntarás? Tendrán que pasar unos años, y estudies historia, para entenderlo). Hubo un grupo que hizo un crowdfunding para comprar banderas europeas para regalarlas en el último de los Proms, y se montó una polémica porque aún había ingenuos que decían "es solo música, no politicemos la música". Todo acto es político, Mini, desde que te levantas por la mañana, y por supuesto, elegir ondear una bandera en un himno patriótico, lo es mucho más. Los símbolos importan. 

Pues bien, pese a tal vez haber leído lo anterior con desinterés en la prensa en Septiembre, de verdad que yo no estaba preparada para lo que íbamos a vivir durante el concierto. Cuando comienza Elgar  con su "Land of Hope and Glory", la gente comienza a ondear sus banderas, sombras de banderas se iluminan de fondo, las que hay colgadas de las paredes adquieren un nuevo relieve. Desde el principio, mirando a las abuelitas de Milton Keynes y a los señores jubilados de su trabajo de contables, decido tomarlo irónicamente, y básicamente reírme. La pareja a nuestra derecha, que tienen dos banderas nos dan una para ti, Mini, que, he de decirte, aceptas de buen grado. La señora está exultante con su buena acción: ha conseguido que las únicas dos personas sin bandera (y los tres franceses con cara de pocos amigos que tenemos detrás) enarbolen una. Mini, tengo un vídeo graciosísimo (tomado para chatajearte en el futuro, lo digo ya), en el que agitas la bandera, pero sin demasiada ilusión. La señora de Sheffield está en un momento orgiástico patriótico y tú ondeas  mirando a los lados en plan "cuánto falta". 

Pero esto no es nada. Luego sale uno de los tenores, con una casaca con los colores de la Union Jack a cantar "Rule Britannia" y ya se vuelven locos... y la repiten, y tiran globos desde arriba, y más luces de colores con la bandera. Mi junior me cuenta el lunes que su pobre novia esta hasta los piiii de tocar esta canción (tantos años de violín para esto), y en particular de los bises. Yo me río y filmo para mi blog, Mini. Tú, por tu famoso espíritu de contradicción, grabas un whastaapp para la familia declarándote inglesa y acusándome de no tomármelo en serio. Representamos esos papeles enfrentados riéndonos mientras salimos: no nos orientamos porque ahí enfrente esta la estatua de la Reina Victoria, luego eso debe ser Hyde Park, nos mojamos pese al paraguas, y por fin terminamos en la parada de South Kensington. 

Oh, y aun me río más: la bandera está toda arrugada! Dejas el palo en una papelera y te aferras al papel mojado hasta llegar a casa. Que gran metáfora: Rule Britannia! despachurrado...









17 noviembre 2016

Me llamo Charles

Ayer divagábamos con Mo y con Ire sobre el concepto "hace 20 años" (o incluso 30!). Para mí, que si no lo pienso me sigo viendo como una quinceañera que no ha asumido que "la vida adulta era esto", decir, por ejemplo, "hace 30 años que fui a las Cíes" me da vértigo. Hasta ahora, no me ha importado cumplir años: tal vez porque no los siento.

Y entonces, el otro día vi este video, que intenta llamar la atención sobre los derechos humanos de los ancianos: muchas veces estamos tan preocupados por la protección del menor que no se nos ocurre, quién protege a muchos mayores? Para quien no entienda inglés, el video casi no tiene palabras, pero al principio el protagonista está en una residencia donde el personal no se acuerda ni de su nombre. Al final del video, hay un bebé al que le preguntan, con una voz toda ilusión y alegría: "Cómo te llamas? Me llamo Charles".

Tenéis que verlo para entender por qué me emocionó. Y, aunque distinto, imposible no tener flashbacks de aquella secuencia de "Up"...




14 noviembre 2016

"Romper la pantalla": Una amistad de 30 años en la distancia

"Romper la maldita pantalla", este era el objetivo del viaje de J.

Hace 29 años, una chica de 15 de Vetusta decidió volver a Galicia. Había estado el verano anterior en unos campamentos organizados por el Ayuntamiento porque tenía una fijación con la zona. Hoy no recuerda si era por el verde, el azul, las meigas, o tal vez porque para ella representaba El Fin del Mundo. El Finisterre: nunca había estado tan lejos. Aquel primer verano en Porto do Son no podía poner punto final a su aventura con Galicia, así que en la primavera del 87 planeó el viaje, que este año sería a las Islas Cíes, en la Ría de Vigo.

Todo está muy brumoso, y la chica casi ni recuerda cómo llegó hasta Vigo, para embarcarse a las islas. Luego tiene un flashback de tren, con un monitor melancólico y un par más de adolescentes del instituto frente a su colegio. Lo que debió tener de mitológico el cruzar en tren ("esos animales ídem, gracias Sabina) la península, abrirla en canal en horizontal, a los 16 años recién cumplidos. Pero la chica se maldice por no haber grabado hasta el último detalle en un cuaderno de espirales. O tal vez lo hizo: debe subir al desván en Vetusta algún día y desempolvar cajas, igual estén allí los recuerdos.

J recuerda más, y, el sábado de un fin de semana de Noviembre,  perdiéndose por el bosque inmenso y mágico que es Hampstead Heath-casi tan mágico como debieron ser quince días acampados en aquellas islas-le va contando cosas a la desmemoriada. Será porque J. era de Vigo, y solo tenía que subir al barco, pero guarda muchas más memorias, y ella le pregunta, como quien busca piezas de un puzzle. En las largas caminatas por un Londinium otoñal, intentan comprimir en un fin de semana la falta de cara-a-cara de todos esos años.

J y la chica se ha visto dos veces en 30 años, y ambas fue "donde el mar no se puede concebir", Vetusta (de nuevo, gracias Sabina, tan ligado a esos veranos): tan distinto del lugar donde se conocieron, que era casi solo mar. Entonces pensaban que eran auténticos record del mundo: llevaban casi una década escribiéndose. Por las calles de Highgate, llenas de hojas de todos los ocres del otoño, deben sonreír de pensarlo. Luego la chica voló a otra isla y pasaron casi 20 años más. 

Ella le enseña algunas piezas del puzzle que guarda: antes de viajar, la chica ve en la tele un programa de la época -qué ochentero parece todo, como la música de la movida gallega que se había traído el verano anterior, "Galicia caníbal", "Bailaré sobre tu tumba"  o "Soy una punk"- en el que el concursante, un barbudo en la época en la que ya y aún no era moda llamado Pipo, elige como tema de su especialidad, la ornitología. No sé si  comenta que es monitor de campamentos juveniles, o las Cíes, pero la chica sabe que le va a conocer ese verano. Porque las Cíes son reserva natural de aves acuáticas-tema que le da cierta reserva (valga la redundancia) porque a nuestra chica le dan pavor los pajarracos. Pipo ha pasado al imaginario de nuestra familia por su genial respuesta a Constantino en la sección cultura general: "Quién dijo la famosa frase "dios ha muerto"?, y Pipo: "Pues... uno de los apóstoles?".

El domingo, J y la chica se encuentran en la escalinata de la Tate Britain, donde J acaba de ver la Ophelia de Millais, y algún cuadro marítimo de Turner. No hay tiempo de entrar al museo, que habría sido una gozada para la chica, porque J. hizo bellas Artes y dibuja de escándalo. Todo el mundo que pasa por casa de la chica se cuelga de los dibujos a boli que le manda por carta. Quien sabe si por volver a estar juntos en un barco, el que les llevó y trajo de las Cíes, están a punto de subir allí mismo en uno de esos que te llevan de Millbank de la Tate Britain a la Tate Modern, pero el día es tan glorioso, frío y soleado, que terminan caminando por la orillas del Támesis sin parar de hablar. 

Cruzan al sur por el Lambeth Bridge, y "Mira, ese es el edificio donde Woody Allen rodó Match Point... aquí al lado está el Lambeth Palace... el arzobispo está dentro porque está la bandera... lo aprendí en Open House, hace unas semanas". Piensa que J. tendría que venir a un Open House, y le llevaría a ver algún cine antiguo, como el Granada de Tooting,... o el Museo del Cine. J. es un fanático del cine, si es posible clásico, y ha visto tantas pelis que la chica siempre se siente una impostora.

"Te acuerdas de aquel salvamento?", pregunta la chica, y J. cree recordar que ella se hizo daño. "Los de Vetusta son de secano"... decían y ella quiso desmontar el mito a gallegos y portugueses, todos sobrinos de Don Enrique el Navegante, y por ende, nacidos en el agua. Vetusta es desierto, viento, aridez, un paisaje tan radicalmente diferente de las brumas, los verdes y la melancolía de esta tierra. Pero ella, tal vez de secano, no es cobarde, y así acaba saltando de una zodiac para hacer una supuesta práctica de salvamento con auténtico terror: "no os acerquéis a la hélice"!. De fondo suenan los violines histéricos de "Tiburón".

Ambos están de acuerdo en que la quincena en las Cíes fue Algo Salvaje, no solo por el placer de estar acampados en una reserva natural, sin hoteles, sin comercios, sin nada... "es que las actividades que hacíamos te hacían sentir en una distopía encantadora donde había que sobrevivir", dice la chica. J sonríe. Hicieron escalada y rapelaron montañas, caminaron por los bosques de eucaliptos, achicaban agua de las tiendas cuando diluviaba.... "y.. para, este edificio es el hospital de St. Thomas, tan bonito y victoriano, y la parte cubo es la nueva, porque allí cayó una bomba en el Blitz". Siguen caminando y entran en zona turista-masiva, London Eye y Aquarium, hay que salir cuanto antes.

"Te acuerdas de una noche, pregunta la chica, que fuimos a una fiesta, o qué era aquello, y volvimos de noche por el bosque, con miedo y linternas?" "Te acuerdas, dice J., del cocinero que nos leyó la mano, y su hijo Olmo?" "Cómo olvidar a Olmo, un niño rubio de unos tres años que, tras pasar por Bertolucci unos años más tarde,  me inspiró a llamar así a mi potencial hijo". La chica, que no recuerda con quién compartía la tienda, confirma que tenía enfrente la tienda de J. Alguna noche pasó miedo... por la mañana alguien había hecho tal vez una travesura, pero no sabe si es su imaginación. Menos mal que aún no había visto "The Blair Witch Project".


Llegan a Southbank Centre y paran a ver una exposición de fotografía. La chica le dice a J. que aquí se hizo la lectura de Moby-Dick hará un año. J. le ha traído un recorte de periódico con una tira a propósito, y ella meta-fotografía a una ballena impresionante. Siguen caminando, arquitectura brutalista en el South Bank: British Film Institute, National Theatre, Edificio de IBM... Goldfinfger.





-"Eran muy kamikazes, los monitores... te acuerdas cuando nos llevaron a tierra firme y nos dejaron en grupos de supervivencia, solos, un par de días?" La chica claro que lo recuerda: nada más llegar a Cíes alguien les explicó lo que es "la agorafobia de la isla", y cómo uno se agobia y ha de salir... la chica piensa que lleva casi 20 años en una, mientras pasan por Blackfriars, y la Tate Modern. La chica recuerda coger manzanas para comer, porque aunque llevaban un camping-gas, qué quinceañero se pone a hacer lentejas? "Acabamos durmiendo en una playa, al raso, en hilera, con nuestros sacos". Lo que sí recuerda, con más cariño, es el trayecto de vuelta a las Cíes: había tormenta y el oleaje era como de Océano Atlántico. La chica se puso, junto con otros dos o tres en proa y pasaron uno de los ratos de su vida: mucho mejor que una montaña rusa, y con la lluvia y el viento pegando en la cara. El resto les miraba desde dentro, y uno escribió alguna tontería tipo "grupo de monos haciendo el mono", para los que veían el espectáculo desde la barrera.

-Esto es el Globe de Shakespeare, y ya llegamos a la cárcel de Clink.  En pleno corazón de Southwark J. le recuerda aquel chico que se metía con ella, y la llamaba "monja". La chica no se acuerda ni de él, pero J. casi le dio dos tortas y ambos se ríen con ternura de lo que son 16 años bajo la pirámide del Shard. Y al mirar arriba, el cielo ha cambiado radicalmente: de la luz de la Tate Britain han pasado a nubes grises, enfadadas, y deciden parar en un café italiano en Thames Shad, justo detrás de Tower Bridge, antes de seguir hasta Wapping. La chica le quiere enseñar los antiguos almacenes donde descargaban los barcos que venían de India y del mundo entero. Pero no podrán llegar porque la tarde termina en lo que parece agua-nieve. Frente a dos tes siguen hablando, no solo de aquellos quince días hace casi treinta años, sino matizando cosas que ya se han contado en esos mismos años que llevan escribiéndose, lo que piensan del presente, y divagando del futuro, en el que J. va a seguir dibujando, y viendo pelis y leyendo. La chica, por lo menos las dos últimas.  

J. emprendió su viaje para "romper la pantalla", cansado de tanto tiempo de escribirse con un fantasma, y la chica se lo agradece. Es curioso, piensa, cuando llevas tantísimo tiempo sin ver a una persona, y no sabes cómo va a ser, y en el mismo instante en que le ves, y casi se oye un "click" y ya ves que sí, que funciona. Es como la magia de Hampstead Heath, de los bosques de eucaliptos y pinos, y, cómo no, las meigas, que, como aprendí en mis veranos allá...

"Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas"