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09 diciembre 2009

Los hombres grises

Los hombres grises* siempre están ahí, al acecho. A veces se dejan notar poco, sin embargo, Navidad es su época preferida y es entonces cuando sacan la artillería y utilizan todo su arsenal para apropiarse de nuestro tiempo (del de nuestros hij@s) y vivir a nuestra costa.

¿Cómo lo hacen? Es muy fácil. Cada año ponen en el mercado el mismo producto pero con distintas características: el año pasado era Cursie Mariposa y el Castillo de los Diamantes, este año viene en formato Cursie Mosquetera y La Carroza Globo.  Lo dicho, el mismo perro con distinto collar. Un único objetivo: VENDER.

Crean de este modo unas necesidades y constriñen la imaginación de nuestros pollitos. Cada Cursie tiene su "personalidad" supermegafantásticadelamuerte, no hace falta que pienses, te lo dan hecho. Con ella puedes ser bailarina, rockstar, veterinaria o ir de compras, que es lo más. Cuando te canses de una, inventarán otra que, será prácticamente igual, pero te convencerán de que no. Si persistes en el empeño y ya no te gustan las Cursies, pondrán a tu disposición un arsenal de complementos que tu no llegarás a imaginar nunca, lo hacen ellos por ti (el coche, el dormitorio, la caravana, la boutique...) Si alguna vez los accesorios no son suficientes o te cansas de ellos, añadirán a Sosie, Lazie y Princessie, las amigas de Cursie o a su primito o a su cachorrito, que a su vez pueden llevar un pack con muuuuchos complementos más y así sucesivamente. Cursie no tiene fin. ¡Conseguido! Los hombres grises tienen nuestro tiempo y nuestro dinero.

Este año hay que tener la Cursie Mosquetera porque no la tienes y te la meten hasta en la sopa. La quiero porque así seré...y haré... y podré... y porque Maria Repipi la tiene... y ... me la pido!!!

Mientras tanto Cursie Mariposa, que el año pasado era superchuliguay, está acumulando polvo porque, a parte de abrir y cerrar las alas, con ella no se puede hacer nada más. Con ella no se puede imaginar.

No sirve ni para jugar.




* Momo de Michael Ende

1 comentario:

  1. Una vez vi una taza con el siguiente lema (que desde entonces resuena en mi cabeza): WASTE NOT WANT NOT. No desperdicies No quieras.

    El otro día una amiga que estaba en casa me reprendió por el estado de mi tostadora. Le dije, es vieja, pero funciona. Entonces, ¿para qué otra?

    No es sorprendente que tengamos desórdenes alimentarios en una sociedad tan bulímica. Atrácate, consume, maldigiere, excreta, y listos para el sigiente atracón.

    WASTE NOT WANT NOT.

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