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29 marzo 2012

La libertad del esquirol y la de la mujer que se queda en casa: en respuesta al "Conciliar" de Molinos


En un día de Huelga General se oyen todo tipo de argumentaciones por ambos lados: por un lado están los que van a sacrificar un día de sueldo y tal vez su trabajo por el bien de la mayoría, por otro lado la minoría que no quiere que, porque haya justicia con esa mayoría, disminuya el tamaño de su pastel. Por último, están  los esquiroles.

Esquirol (RAE)
(Del cat. esquirol, y este de L'Esquirol, localidad barcelonesa de donde procedían los obreros que, a fines del siglo XIX, ocuparon el puesto de trabajo de los de Manlleu durante una huelga).

1. adj. Dicho de una persona: Que se presta a ocupar el puesto de un huelguista. U. t. c. s.
2. adj. despect. Dicho de un trabajador: Que no se adhiere a una huelga. U. t. c. s.

Definitivamente, y tras ver por dónde ha evolucionado la historia social de Europa (hasta ahora, si no lo evitamos, empieza a involucionar) en cuanto a conquistas de libertades y derechos, no me gustaría nada ser de esa pobre localidad barcelonesa, para siempre fuente de escarnio tras la traición de sus bisabuelos. Porque, digámoslo claro, ser esquirol está feo.
  
En línea con esto el otro día, Molinos publicó un post titulado "Conciliar", en el que evidentemente se hablaba de las dificultades para compaginar la vida familiar y laboral, particularmente para algunas mujeres en España. Llegué tarde a ese debate, pero me dio que pensar sobre algo en lo que creo  nadie entró y en lo que radicalmente difiero:  

"Hay padres (sobre todo madres, pero este post es genérico) que deciden cuando se reproducen dejar de trabajar. Prefieren cuidar a sus hijos y quedarse en casa. Estupendo, aplaudo su decisión con las orejas si hace falta."

Difiero porque creo que ha llegado el momento de dejar de aplaudir a esta gente, y plantar cara a los que se les llena la boca con "su libertad". Llamémoslo por su nombre: las mujeres, particularmente las que tienen unos estudios universitarios (que generalmente han sido pagados por los impuestos de todos) que no vuelven a sus trabajos son es-qui-ro-las. Y respeto su libertad de decisión tanto como la del esquirol de la huelga de hoy: Nada. Me explico.

Es cierto, que "cada una en su casa haga lo que quiera": si tu marido no carga el lavaplatos me la suda, no voy a salir a la calle por tu derecho de delegar: despierta. También me importa un pepino que, cuando ya te hayas encontrado a ti misma y tus hijos hagan secundaria te den un trabajo de mierda en absoluto en consonancia con tu super máster del universo, tu valía y los idiomas que hablas. Me importa un comino que tu marido te haya perdido todo respeto intelectual porque tu principal tópico de conversación son los cupcakes y porque te creas de lo más profunda por ese curso de siconanálisis que haces con las otras lobotomizadas (que sí, te pone al mismo nivel que a los que siguen el tarot, encáralo). Me importa un pito toda tu vida personal, que se derrumba a los 45, o no, pero que depende de un tío que tenga a bien mantenerte.

Decía que tu libertad de tomar ciertas decisiones y sus consecuencias me la refanfinfla, pero esto no se aplica al trabajo porque esto, querida, el que tú te pases ocho años tomando cafés matinales con otras esquirolas como tú, me afecta a mí, y a mi vecina, y algún día a mi hija. Y por ahí sí que no paso. Cuando las mujeres se quedan mayoritariamente en casa (el paraíso de este nuevo gobierno parece, verbalizado por su ex poli-bueno Gallardón), pasamos a ser menos visibles: ya no merece la pena legislar a nuestro favor para cosas tan importantes como, oh, la conciliación.

Para conciliar, hay que legislar en favor de un horario y una flexibilidad laboral que en este momento no son una realidad en España. Que la ministra diga que "a las 8 sale del trabajo para bañar al niño", excuse me: a qué hora se van los bebés a dormir en la península? Mi hija tiene 3 años y a las 19:30 esta lavándose los dientes para leer los cuentos. Conciliar consistiría en poder salir del trabajo a las 5, y a las 8, cuando ya duermen los hijos, escribir los informes desde casa, por ejemplo. Para conciliar tendría que estar legislado que los hombres tienen que compartir la baja maternal, sí o sí. Esa baja maternal que es un derecho, y los ingenuos opinan que cada una decide "si la coge o no". Decide? libremente? Para conciliar, para tener esa flexibilidad, repito, hay que legislar, ningún empresario lo va a regalar, recordemos que ya hacen bastante los pobrecitos en Espania ingresando menos que sus trabajadores, caso único en el mundo mundial. Tenemos que estar todas a una. Como hoy, en la huelga. Con individualismos y sálvese quien pueda no hemos llegado a tener los derechos que tanto costaron conseguir. UN mundo como el pueblo L'Esquirol en el SXIX sería un mundo de cadenas.

Por eso no me gustan los esquiroles de la huelga de hoy, y no RESPETO su libertad a mirar a otro lado. Igual que no RESPETO a las esquirolas del café matinal. Porque sus acciones afectan a la mayoría. Porque ningún hombre es una isla... no preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti.


No man is an island
No man is an island entire of itself; every man
is a piece of the continent, a part of the main;
if a clod be washed away by the sea, Europe
is the less, as well as if a promontory were, as
well as a manor of thy friends or of thine
own were; any man's death diminishes me,
because I am involved in mankind.
And therefore never send to know for whom
the bell tolls; it tolls for thee. 
John Donne

4 ratones para un día de huelga

Hoy día en que muchas personas no van a ir a trabajar y muchas empresas (como en la que yo trabajo) no van a tener actividad os cuelgo unos cuantos videos que me traen melodías de mi infancia.








26 marzo 2012

Home is a place in your heart

Si hay una canción que es el típico finale maravilloso de musical, tiene que ser esta: "Already home". La musica es de Andrew Lloyd Webber y la letra, una versión más de Itaca, de Tim Rice (The wizard of Oz, en el Paladium del West End).

Qué canción: no tengo palabras.



You think you're lost but that's not true
your simply lived a dream or two
You travelled all this way to find
you never left your home behind.


Home is a place in your heart
every journey leads you back to where you start
close your eyes it's very easy
you'll find that you're already home.


We have to finish to begin
we have to loose before we win
and soon we'll see it is not far
from where we were to where were are.


Home is a place in your heart
every journey leads you back to where you start
close your eyes it's very easy
you'll find that you're already home
as there's no place as good as home...

Para Mini.


25 marzo 2012

Échale el humo en la cara y te seguirá a cualquier sitio

Siguiendo en la línea publicitaria que le gusta a mi co Diva, cuelgo uno de esos anuncios de años pasados que tanto llenan de furia o provocan la hilaridad histérica ("it is funny till somebody gets hurt- then, it is hilarious"). Famosos son "la mujer Corcho", el "Soberano" y tal... pero este que vi ayer se lleva la palma, en serio.

Ah, ya dicen que no quedan hombres como los de antes.


Y para que todo no sea estupor, esta canción que me encanta cuyo título le va muy bien... Feliz domingo.

24 marzo 2012

Vaya valla

Un buen ejemplo de publicidad creativa, destinado a gente joven que sale de noche, claro. De día es un sin sentido de palitos.


23 marzo 2012

Selección de personal

Por si alguien no lo sabía, entre la amalgama de mis actividades laborales, destino un tiempo a regentar una granja de animales, terneros, vacas, perros y alguna gallina. Una vez tuve hasta un pavo real que pasó a mejor vida.

Fue una cosa no planeada. Empecé en la ganadería cuando la burocracia podía con mi padre y él sólo tenía dos vicios: fumar y la granja. Uno le acortó la vida, el otro se la alargaba. De ahí mi incursión. El factótum de la granja ha sido durante muchos años Tito. Con mi padre iban a la greña y al final cada uno hacía lo que le daba la gana. Ahora continúa igual, sigue haciendo lo que le da la gana. Tito es un pozo de sabiduría con respecto a los animales, sabe qué terneros son de cada vaca, si una vaca está así o asá y gestiona cosas obvias que yo jamás podré adivinar. Y es que Tito ha sido toda una institución. Nada hubiera sido igual en estos años en los que ha faltado mi padre si no hubiera estado Tito.

Pues bien, en breve Tito pasa a ser funcionario, como dice él: "Ahora, a cobrar del estado". Desde que me avisó de que se jubilaba he estado buscando a alguien que desempeñe la labor que hacía él y la verdad es que no ha sido nada fácil. Hay muy poca gente que tenga los conocimientos necesarios, la disponibilidad y sobre todo la afición, factor este último que más valora Tito. He descartado unos candidatos por malas referencias y otras opciones como el subarriendo de la granja porque eso de tener un administrador nunca ha dado buenos resultados. Al final la situación la ha vuelto a resolver Tito. 

- Niña ¿Has encontrado a alguien para la granja? - Me llama por teléfono - Es que he pensado que igual al Juan Luis le podría ir bien lo de venirse aquí a trabajar...

- ¿A quién?

-  A Juan Luis, mi yerno, el que está casado con mi Ester.

- ¿Pero ese no es albañil?- le pregunto. 

- Pues por eso, que se ha quedado sin trabajo y yo creo que puede servir. No sé. Ya lo verás.

- Pero,  ¿sabe algo de animales?

- Hombre, no mucho, pero es buena gente, ya le enseñaré yo... Pero, bueno, lo que tu digas...

- Vale, que venga a verme un día y lo comentamos, si eso....


Pues bien, antes de ayer se me presentan por la mañana en la oficina sin avisar, Tito, su mujer, su hija Ester y su yerno Juan Luis. Los cuatro.


- Niña, que venimos por lo del trabajo del muchacho...

- Ah, vale, peroooo... ¿todos? - Mi oficina se ha quedado pequeña.

- Nooooo - corean los tres acompañantes del yerno. Nosotros nos esperamos fuera mientras habláis y si llegáis a un acuerdo pues... bien y si no, pues tan amigos...

- Eso sí Niña, mira a ver si le pones una furgoneta que tiene que venir todos los días desde el otro pueblo y nnada más que tiene un coche - añade Tito.

- Pe...pe...perooo......


Pues eso, que empieza el uno de abril y la furgoneta es granate.



22 marzo 2012

"Like crazy": otra versión del amor como veneno/hechizo/enfermedad

"Like crazy" (Drake Doremus, 2011) es la peli que ganó Sundance el año pasado. La vi el otro día sin tener ni idea de su argumento, ni haber visto el póster de la derecha. Me alegro de ello y de no haber oído antes la comparación con dos de las pelis que más tozudamente se han pegado para siempre a mi corazoncito ("Before sunrise" y "Before sunset" de Linklater). "Before sunset" tiene una de las escenas finales más mágicas del cine de los últimos años. Es una pena que no pueda colgarla, porque no me canso de verla con una sonrisa en la cara. Pero la puedo enlazar aquí, y si la conoces, divagante, sé que habrás clicado (si no, es un must). Pero divago, hablaba de que cualquier crítica que yo lea que compare una peli con estas dos le va a hacer poco favor a la peli en cuestión, por aquello de la expectativas. Así que  "Like Crazy" tuvo esa suerte: yo era una tabula rasa.





Rasa en cuanto a lo que sabía de la peli, pero de lo más marcada en cuanto a vivencias compartidas con los protagonistas. A medida que avanzaban los fotogramas,  el revivir la experiencia de la separación en estos momentos de enamoramiento donde eres pura hormona, donde vas a mil, donde apenas puedes funcionar y solo te sale repetir ciertos versos de amor y alguna canción desesperada, fue de lo más intenso. Era recordar esa especie de ahogo aquí trás del esternón, esa asfixia psíquica, que parecía-y, por ello, era-el fin del mundo. Pero en el momento en el que logras dejar de mirar tu ombligo y volver a aterrizar en el guión de la peli, te das cuenta que exagerabas: no tenías un océano por en medio ni la ley en contra. Pero así (no)-piensa uno cuando está “like crazy”. Para cualquiera que haya vivido  un amor en la distancia, pequeño o grande, esta peli será importante. Predigo.

Pero no es la distancia condición sine-quanon para que te atrape esta película. Cualquiera que haya vivido una pasión al límite, aunque sea con el vecino, se removerá en su butaca. Un amor de verdad (y quiero decir, que te parezca “de verdad” en ese momento, no hace falta más) es de lo mejor que se puede probar en esta vida-y hay muchos que no lo prueban jamás. Quien lo probó, lo sabe. Y aunque sea un espejismo, a quien le importa.  Esta pasión es totalmente Ítaca, porque da igual donde nos lleve: lo que importa es el viaje. Y es que a menudo, al llegar a Ítaca nos encontramos que la isla es pobre y nos decepciona. Y qué? Solo queda darle las gracias por los meses que hemos vivido al límite en su búsqueda, por la travesía per se, por las pendientes y los precipicios, por las cuerdas flojas y las ruletas rusas.

De hecho, la distancia es un arma de doble filo porque la dificultad lleva a la idealización. Esa mitificación de la relación se acaba infiltrando por todos los resquicios de la vida. Las secuencias de ambos protagonistas de bares con sus amigos, pero realmente a kms de allí son tan reales que quién no se ve reflejado en ellas: con una cámara lenta que congela las miradas laterales,  las sonrisas oblicuas mientras de fondo suena una música distorsionada que no es la del bar. Quien no se ha sentido así: desrealización, despersonalización, como un actor en un escenario, rodeado de mobiliario irreal. Y entonces surge la compulsión: hay que llamar,  hay que llamar, qué hora será allí, da igual. Se entra en  una espiral que el guión explica perfectamente, un maelstrón que nos hace obsesionarnos casi tanto como a la protagonista, porque tiene que hablar, ahora ahora, de repente, todas las promesas que ha hecho frente al espejo, sobria de "no le llamaré" se van por la borda. Y llama. Y él, coge.

Hay algún tema más: en este caso es ella la que lidera todos los movimientos, de principio a fin. Curioso cómo él tiene mucha más paciencia para la infelicidad, o mejor dicho, la mediocridad, que ella. No es siempre así con los hombres? Porque él no es infeliz en su nueva relación, es simplemente  una relación satisfactoria. Lo mismo le pasa a ella. Pero, en mi experiencia, somos las mujeres las que menos nos conformamos y las que llegado un momento, somos capaces de poner punto y final a una relación porque no volamos. Ellos, muchos, siguen en su sofá con el mando a distancia sin ocurrírseles que hay vida ahí afuera.

La peli es toda improvisada. Escuché una entrevista en la radio a Felicity Jones, la prota, que explicó que el guión era un relato corto,  y que ellos se lanzaban, verdaderamente, a la piscina. Visualmente, te va atrapando su estructura y su color, su apariencia indie, con los bordes nada brillantes ni definidos. Tiene algo, un encanto agridulce especial. Y tiene, como "Sunrise/sunset", un final abierto, como todos los buenos finales de la historia del cine que, según cómo sea tu manera de estar en el mundo, será para ti un "mañana será otro día" o "este es el principio de una gran amistad".



20 marzo 2012

Crisis matrimonial (cont): Por qué, oh Señor, unos crocs azul azulete

Como decíamos ayer (mis semanas de hikikomori mediante), parecía que las flip-flops de la Quinta Avenida habían conocido su final en  las imponentes ruinas de Tikal, plena jungla guatemalteca, pero, ah... no hubo suerte. Al llegar a su siguiente destino, Antigua, los Pedalistas se lanzan a la búsqueda de un zapatero, en los intrincados pasillos del mercado local. No imaginen La Boquería o el Borough Market, esto es un mercado de verdad, sin turistas ni brownies a doblón, un mercado con tripas abiertas y tubérculos extraños, únicamente para los guatemaltecos, donde solo pioneros y trailblazers como nuestros héroes los Pedalistas se aventuran a buscar servicios. Las mejores fotos, con todo el color de ese país mágico, se pueden encontrar en las esquinas de este trozo de vida del país. Pero no hay tiempo, Di, tenemos una misión. 


Y por fin, ahí está: un hombre que rondará los 70 años saca su cabeza por agujero roñoso que es su mostrador. Nuestro Mr Wolf-soluciona problemas-, es un indio de verdad, de esos cuya serenidad te impide siquiera robarles una foto al alejarte, y no habla castellano. Los Pedalistas sacan la flip-flop, y se la entregan, con cara de niños que han hecho una trastada. El hombre la mira por todos los lados negando preocupado con la cabeza: parece que la cosa está muy malita. Nos miramos: tal vez no haya solución? Pero finalmente, el zapatero levanta la vista, asiente y continúa haciendo ruidos guturales y movimientos con las manos, que inferimos significan para cuándo. Los Pedalistas hacen también un movimiento con su mano derecha en forma de círculo de detrás adelante que parece ser el universal para “mañana.” El hombrecillo les enseña dos manos abiertas, significando, esperan, las 10 de la mañana, y por último, muestra una mano abierta, significando cinco quetzales. Al día siguiente, acuden puntualmente a la cita de recolección de la Banana Republic flip-flop. El hombre hace un giro con su mano, esta vez más pequeño, alrededor de la region temporal de su cráneo que indica “se me olvidó ponerle esto” (esto es un detalle decorativo sin importancia.) Los Pedalistas sonríen, dicen que no importa, pagan, y se llevan su chancla en la mochila. El Peda está exultante.

Pero… oh, infausto destino: ayer hablaba de la injusticia poética como causante directa del nuevo varapalo, pero también pudiera ser obra de mi compa de viaje haciendo algún tipo de vudú. Esa misma tarde, vagamos por las empedradas calles de Antigua en busca de La Foto: hay mil detalles de los que la cámara se cuelga, y sufro casi una sobredosis de belleza (Síndrome de Stendhal, que dirían los cultos). Tanta es mi enajenación, que, ay, en un mal paso en los adoquines, mi sandalia (perfectamente atada al tobillo, no flip flop) se rompe. O sea, la fortuna muestra su mala cara y se ceba en un ser inocente a todas luces: la cándida y siempre apropiadamente calzada Di, que no ha llevado sus sandalias al Machu-Pichu, ni al Himalaya ni al Aconcagua, sino que pasea con ellas en una ciudad turística. El Pedalista playero vuelve a opinar (la segunda vez en tres días) que “Dios existe” y hace participe de su cachondeo a otros transeúntes. Vuelve a estar exultante.

A la mañana siguiente, el honrado zapatero palidece al vernos aparecer frente a su puesto. No puede imaginar que le traemos OTRA sandalia. Ya imaginaba una queja porque la Banana no había durado. Pero no, es MI sandalia esta vez. De nuevo, negociaciones corporales, 5 quetzales, y el día siguiente a las 10 am. Nos vemos.

Al alejarnos, el Pedalista me envuelve en su teoría conspirativa: es la tercera vez que vamos allí en tres días. Seguro que hay poli ya al loro, qué pintan dos guiris venga a visitar a una remendón que habla quechua. Todo el mercado sabe ya que somos informadores del hombrecillo, que es por supuesto agente de la CIA. O tal vez un capo del narcotráfico y nosotros sus camellos, con alijos de coca en la suela de las flip-flops. El cuarto día, recolección la última sandalia malograda, lo hacemos con gafas oscuras, esperando lo peor: un escuadrón de los Navy SEALs se agazapa bajo el mostrador. Pero, una vez más, los Pedalistas salen victoriosos de este nuevo reto.

Pasados los años, mirando atrás… hay que ver el resultado que dio el zapatero de Antigua: tan minucioso su trabajo que el Peda pudo disfrutar de sus flip-flops apañadas hasta el verano del 2009 (hablamos de cinco años, CINCO). Aquel Septiembre, los Pedalistas paseaban sus huesos por la civilizada Croacia con una Mini de año y pocos meses. Y fue en la isla de Hvar, la isla azul por su alfombra de lavanda y supongo que por todos los yates atracados en su puerto, donde la flip-flop sucumbió y, exhausta, dijo "aquí me quedo".

Todo muy bonito, pero esto nos situaba bastante lejos de la Fifth Avenue para encontrar otro calzado veraniego a gusto de mi compa de andanzas. Cojeando se arrastra de nuevo hasta una tienduca donde venden todo tipo de enseres para la diversión playera, desde aletas hasta patatas fritas caducadas, pasando por bolsitas de lavanda con bordado. Y allí, en una esquina, un stand de Crocs, esperándonos.

Si yo adquiriera algún día unos Crocs (que no haré, porque ya sé que causan rozaduras en pies como los míos), el color sería verde lima. Pero en una isla donde todos se llevan la indumentaria directa de Milano o Bond Street, no hay opción de ponerse estupendos: se trata de survival. Y más si se tiene un número como el de mi compa de viaje, al que le irían bien unas piraguas. Estamos de suerte: les queda un par. La pena, el color: azul azulete.

Y desde entonces, están con nosotros. Y el Peda los luce. Con un par.

16 marzo 2012

Mis semanas como hikikomori

Hikikomori es un concepto japonés que se refiere a aquel que se separa de la vida social, el ermitaño de otra época. Parece que en occidente lo hemos racionalizado como fobia social, ansiedad extrema hasta de mirar a los ojos. Vila-Matas, en Dublinesca, ya habla de su protagonista (él, quién si no), como un moderno hikikomori del ordenador. Su vida transcurre evitando la de carne y hueso, o embrujado por la pantalla?

Mi vida estas últimas semanas ha sido la inversa del hikikomori vilamatesco: de lo que me he aislado cada noche ha sido de la pantalla del ordenador y del mundo que hay detrás. Así que he pasado a ser hikikomori del email, de divagar, de leer a otros, de saber lo que pasa en el mundo a través de la screen. Como me ha pasado otras épocas de "desconexión", ha sido un proceso interesante, por lo de onírico, de sensación de irrealidad, de estupor sobre si este mundo existe, o si algún día existió.

Esto no quiere decir que en estos momentos de dudas sobre la existencia de la propia Di, no siga sintiendo la urgencia de escribir. Tal vez aún más: cuando una desconecta de vacaciones nada le gustaría más que el día tuviera 27 horas para pasarse tres dando una crónica de lo que ha visto y con quién se ha cruzado. Escribir es vivir más. Cuando una desconecta porque el trabajo te roba no solo los días, sino también las noches, entonces el ocio se transforma en un niño que demanda atención, y se infiltra entre los informes y las presentaciones de powerpoint. Cuando una desconecta porque la vida de la Di diurna (Superman vs. Batman) necesita toda nuestra atención, enfocar con mucho cuidado y esperar a la luz adecuada... nada es tan terapéutico como mirarse al ombligo frente al teclado. Claro que eso no se publica.

Estos días (o han sido semanas, parecen años) había mil divagables, y es que Marzo es mucho Marzo. Por ejemplo, el 1 del corriente fue el Día Mundial del Libro. En la guarde nos dijeron que Mini tenía que llevar su libro preferido para compartir con sus amigos, y (opcional) disfrazarse de su personaje literario favorito. Como nos pillaba un poco tarde para hacernos con un disfraz de Winnie y el mío de Maléfica le va grande… sí, acabó de princesa con varita y corona. Cual de ellas no lo sé: Blancanieves que nada mas entrar chez los enanitos se pone a limpiar? Aurora que espera cien años a que un fulano la despierte? Cenicienta que se libera vía el matrimonio? Una no gana para disgustos.

Pero no todo van a ser dramas: las buenas noticias para los divagantes lectores es la página web que voy a compartir y que me llenó de emoción cuando la descubrí: Se llama Small Demons y es la fuente de información ideal para los fetichistas y obsesivos de los libros como yo. Y de las referencias. La web es una tela de araña en las que se mezclan novelas, los lugares que se mencionan en el libro, la música que suena de fondo, subreferencias literarias (intertextualidades) dentro de la propia novela, comida, en fin, un mundo. El principal problema es que están empezando y hay pocas novelas de esas que yo considero de cabecera y muchas de las que yo, sin haber leído, considero basura italiana. Alguien se imagina lo que sería ese trabajo de referenciar cada línea de "Rayuela"? (ya estoy escuchando a Charlie parker de fondo) O con el "Ulises"? (leo un libro de crítica literaria en este momento que han destripado un solo párrafo del Ulises y me he quedado pa-ti-di-fu-sa).

Siguiendo con los libros, otro día de mi reclusión internáutica el Peda me obligó a ver el video que incluyo:
-Peda: “Ya sé que conoces la historia del “Keep calm and carry on”
-Di: "Sí, divagué sobre el tema en Navidades, y tengo un magneto en la cocina, may I remind you".
-Peda: "Sí, pero es que tienes que ver esta librería”.
Bueno, soy así de fácil. Me convencen. La bookshop es una de esas en la que a cualquier enfermo (de los libros y los trenes) soñaríamos con perdernos. Está situada en una antigua estación abandonada.



Y es que no se puede llegar a mayor perfección como concepto arquitectónico, aparte de la conversión y reciclaje de una iglesia en librería que vi en Maastricht, por aquello de que la holandesa mata además dos pájaros de un tiro: no solo una librería más, sino una iglesia menos. “Más libros, menos iglesias”, puede ser mi nuevo eslogan: la principal diferencia entre ellos estriba en que en las primeras hay muchos libros y en las segundas solo se lee UNO. Ah, y en Nottingham hay una de esas iglesias encantadoras inglesas, con aguja brujil, reconvertida a bar. Flashbacks del Peda diciendo cuando íbamos por allá: " Cuando veo este edificio creo por unos momentos que hay esperanza para la humanidad".

Pero, hay esperanza de verdad? La otra efemérides de Marzo ha sido, cómo no, el 8 de Marzo, el día de la mujer (trabajadora). Creo que han quitado lo de trabajadora... me pregunto porqué. Inocentemente, en serio: esta claro que es una fiesta feminista y que celebra la independencia de la mujer. Pero hablaba de pérdida de esperanza cuando leo sobre "Spanx", que aunque suena a otra cosa en inglés, es una “revolucionaria marca” de artefactos para que a Kate Winslet no se le salga la molla en la alfombra roja. Puedo prometer y prometo que leí todo el artícuo para llegar a la conclusión de que el gran invento no era otra cosa que la faja de nuestras abuelas. Faja de la que nos liberamos porque, oiga... eso no debe ser tan cómodo, no? Ahhh, del concepto comodidad nadie habla en todo el artículo: Mujerrrr, has venido al mundo para sufrirrrrr. Para presumir, hay que sufrirrr. Dónde han quedado mis amigas, las que quemaban sujetadores? (digo, sostenes, ya que volvemos a la faja).

Y no solo eso, sino que varias páginas más allá descrubro una web de esas de contactos solo apta para millonarios (auténtico) y cuyo slógan es "For wealthy men and gourgeous women" (Para hombres ricos y mujeres fantásticas/buenorras/impresionantes... y no, con ellas no se refieren ni a su cuenta neuronal ni bancaria, juegan en otra liga). Estamos en 2012, en el UK. Claro que mejor no entro a la “violencia estructural” del 1012, en otros países más meridionales.

Menos mal que los franceses han quitado el Mademoiselle del diccionario, ahh, esos gabachos, yo de mayor quiero ser la mitad de cañera que ellos.

Que no se diga que no me han cundido estos días. Salud, divagantes.

15 marzo 2012

Disenchanted

No sé por qué pero no encuentro ningún libro que me enganche. Tanto es así que estoy por empezar la Catedral del Mar, libro que me regalaron hace como 5 años y no he tenido ánimo de comenzar. Me daba mucha pereza y generalmente huyo de este tipo de libros, de los grandes éxitos. A veces los leo, pero son mi último recurso. Tan predecibles. Otras veces los leo en inglés y así practico algo y me siento menos mal por dedicar mi tiempo a un bestseller. Pero lo que me está pasando ahora es grave. No logro centrarme y las historias me parecen muy vanales, muy chorras. Tengo tres empezados y por ahora ninguno tira de mi, a saber: Todo Fluye de Vassily Grosman, El poder del perro de Don Winslow y As crabetas de Enrique Satué y Roberto L´Hotellerie. Este último es el que más me gusta, porque me inspira cierta ternura y por el formato "libro museo" que se han sacado de la manga. Lo cual no deja de ser puro marketing que todo hay que decirlo. Pero es entretenido.

Pero la cosa no acaba aquí. Tampoco puedo con la literatura infantil o juvenil. No seduce en absoluto. Tengo que volver a los clásicos: Astérix, Tintín, Puck, Le Petit Nicolas, Los cinco....  De estos últimos han sacado una especie de"libro" que no me gusta nada. Creo que son hijos de los cinco originales pero la trama es horrorosa, no hay tensión. Es difícil que haya algo más desustanciado. Así es imposible aficionar a los pollitos a leer.  Tampoco puedo con Gerónimo Stilton, ni con Bat Pat, ni con Junie B Jones, ni ninguno de esos...

Necesito alguna sugerencia, sobre todo de cara a los pollitos. Any ideas?

13 marzo 2012

Esta temporada

"Esta temporada se lleva el verde". Mi madre lo dejó caer ayer al mediodía. "Fíjate por la tele como fulanita o zutanita van de verde". Esa es la típica noticia que pueden repetírmela veinte veces y me resbala de tal manera que no cala ni un poquito en mi. Pero nada, de nada. Me preguntan algo acerca de las tendencias de la moda y es como si me hablaran en arameo. 

Por si acaso consulté al oráculo de la moda. Era verdad. Se lleva el verde y no tengo nada de ese color en ninguna de sus variedades para poder ponerme esta primavera. ¡¡Diossssssss!! Aún así espero sobrevivir a la estación y sus tendencias lo mismo que he hecho durante estos años pasados en los que se han sucedido los naranjas, las rayas, las pulseras rosarios y las madre que los trajo a todos. ¿En serio que hay gente que va a comprarse algo verde? Digo yo que ¿por qué no se lleva el negro, el blanco o el azul marino? ¿Será acaso porque la gran mayoría tenemos ropa de esos colores? Está claro, se llevan los colores que habitualmente no venden y de los que deben tener stock. Los que le dan a la tecla en cuestiones de moda  lo tienen claro. Al final es una cuestión verde, pero color dólar.


Ignoro si mi cobloguera seguirá las tendencias marcadas por la duquesa de Cambridge o la reina madre, aunque me da que no. Lo que sí está claro es que este blog está a la última!

09 marzo 2012

Walking on broken glass

Una canción para hoy con un Dr. House muy inusual y con un muy sexy (como siempre) John Malkovich en plan "amistades peligrosas". Annie Lenox de Diva, no podría ser de otro modo.

08 marzo 2012

El elefante encadenado

Aunque muchos ya lo conoceréis me permito copiar y pegar este relato de Jorge Bucay. Vino a mi memoria el otro día a raíz de una conversación. Me gusta.


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De pequeño me gustaba el circo. Me encantaban los espectáculos con animales y el animal que más me gustaba era el elefante. Me impresionaban sus enormes dimensiones y su fuerza descomunal. Después de la función, al salir de la carpa, me quedaba extrañado al ver el animal atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que le aprisionaba una de las patas. La cadena era gruesa, pero la estaca era un ridículo trozo de madera clavado a pocos centímetros de profundidad. Era evidente que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo también podía tirar de aquel minúsculo tronco y huir.

—¿Por qué no la arranca y se escapa? —pregunté a mis padres. 

Me contestaron que era porque estaba amaestrado. La respuesta, sin embargo, no me satisfizo. «Si estaba amaestrado, ¿por qué lo tenían atado?». Pregunté a parientes y maestros y pasó mucho tiempo, mucho, hasta que alguien que resultó ser un sabio me dio una respuesta convincente: «El elefante del circo no se escapa porque está atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño ».

Entonces me imaginé el elefante recién nacido y atado a una estaca. Seguro que el animal tiró y tiró tratando de liberarse. Debía terminar el día agotado porque aquella estaca era más fuerte que él. Al día siguiente debía volver a probar con el mismo resultado y al tercer día igual. Y así hasta que un día terrible para el resto de su vida, el elefante aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Desde entonces, el elefante tenía grabado el recuerdo de su impotencia. Y lo que es peor, nunca más volvió a cuestionarse ese recuerdo y nunca más volvió a poner a prueba su fuerza.

A menudo a las personas nos pasa lo mismo. Vivimos encadenados a estacas que nos quitan libertad. Pensamos que «no podemos» hacer tal cosa o tal otra sencillamente porque un día, hace mucho tiempo, lo intentamos y no lo conseguimos. Entonces nos grabamos en la memoria este mensaje: «no puedo y no podré nunca». Esta creencia autoimpuesta nos ha limitado desde entonces y no la hemos cuestionado más. Seguramente ahora somos más fuertes y estamos más preparados, pero aquel recuerdo nos frena a la hora de intentar liberarnos.


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Si preferís que os lo cuente el propio Bucay:


05 marzo 2012

Crisis matrimonial: elección de calzado del Pedalista

Para Molinos, ella sabe porqué...


La mayoría de las parejas amigas con las que he comentado esta historia han admitido que aunque ellos, como todos, han sufrido crisis matrimoniales de esas en las que directamente estrangularías a tu pareja, nunca podrían competir en surrealismo y  kafkaniedad con esta. Y no, no hubo olvidos dramáticos, meteduras de pata en la comida de Navidad, ni incompatibilidad de caracteres. Fue mucho peor.

Pero para entenderlo, tendremos que dar marcha atrás en el tiempo y viajar a 2004, principios de Mayo, cuando Di va a ir de congreso a Nueva York con un par de colegas y amigos, y el Peda y el Náufrago Ro se apuntan, formando un grupo heterogéneo en sus intereses y cosmovisión de lo más interesante. Cómo olvidar la celebración de mi 33 cumpleaños con este grupo en un restaurante portugués encantador, de cuyo nombre no puedo acordarme, pero sí de su sangría. Pero esto eran las noches. De día, mientras nosotros tres trabajábamos arduamente de conferencia en conferencia, Ro y el Peda se dedicaban a patearse el Metropolitan, leer periódicos en los Starbucks y hacer compras por la Quinta Avenida. Su adquisición estelar, sin duda, fueron una chancletas de esas de dedo (de ahora en adelante nos referiremos a ellas como flip-flops) en "Banana Republic": naranjas Ro y rojas el Peda ("son más bonitas las naranjas" decía Ro).

Bien, eran unas flip-flops un poco más chic (35 dólares de la época)  que las que se compran en el chiringuito de la playa, pero unas flip-flops, al cabo. Se acabó el congreso/vacación y las olvidamos. Pero como el buen divagante sabrá, los Pedalistas tomaron ese verano una de las decisiones mejores de su vida: cogerse seis meses de sabático por Latinoamérica, seis meses de mochila cuya preparación no fue precisamente fácil: los disfraces a lucir en tan diversas latitudes exigían desde los tirantes al damart thermolactil (no he pasado nunca tanto frío como en ese viaje). Lo mismo aplicaba al calzado, elemento más complicado por voluminoso.

Tras pasar seis semanas en México, los Pedalistas cruzan a Guatemala y su primer destino era Tikal, con sus pirámides, en plena jungla de la región del Peten. Tikal son las séptimas ruinas que visitábamos a esas alturas de viaje (tras los Chichen Itza y Teotihuacán del mundo, ahí es nada), pero sin dudarlo fueron las que más nos gustaron e impactaron (y ahora se incluye la Gran Pirámide de Giza). Por su localización, en medio de una selva salvaje, donde los monos se pasean por las copas de los arboles, y por lo dramático de algunos de sus templos, tan empinados. Cuando subes al templo IV (medio jugándotela, porque es de verdad casi vertical), llegas a la cima y ves toda la jungla, y sobresaliendo, trozos de otros templos, piensas que esto se descubrió un día desde un avión que cruzaba por allí. Sin embargo, cuando empiezas a caminar y ves los templos que aún están bajo la vegetación, con árboles bien grandes que parten de lo alto del templo, entonces te das cuenta de que no: la jungla se había comido esta ciudad maya (la más grande hasta ahora, hay que esperar a que saquen El Mirador, al norte de Tikal), y aún tiene engullida gran parte. Basta ver el Templo V, restaurado con fondos de cooperación española, en el que subimos: 64 metros de altura que hasta hace un año eran solo una montaña llena de broza.

Espero que haya quedado clara la exuberancia del paisaje y la magnificencia de las pirámides con el párrafo anterior (copiado de mi diario). El que necesite evidencia visual, que clike aquí. En fin, que Tikal es LA JUNGLA. Para visitarlo, te llevan en furgonetas desde el pueblo (Flores), que salen cada media hora desde las 5 am para los mataos que quieren ver allí el amanecer, hasta las 10:30 am. Adivinen en qué furgoneto se suben los intrépidos Pedalistas. Correcto. Y desde luego, volvería a hacerlo: no había nadie, ni en la furgo ni en la espesura selvática: todos los trailblazers ya estaban de vuelta.

De repente, al bajar del vehículo, aún alucinada de lo que tenemos frente a nuestros pies, se me ocurre mirar a los ídem, y, oh, qué veo? Mis deportivas supertrek, ya un tanto ajadas y... COMOR???? Efectivamente, como imaginan: el Pedalista se ha ido a la jungla en flip-flops.

No recuerdo-afortunadamente-si entre las lágrimas hago algún comentario en ese momento de lo inapropiado de unas chanclas piscineras compradas en la Quinta Avenida en un momentode exaltación de la amistad en este contexto, pero la madre naturaleza, que es sabia, decide, justo antes de escalar el templo V (el de los 64 metros, no apto para los que sufren de vértigo), que el Pedalista campo-y-playa no ha de subir al susodicho Templo V con esas chanclas de Banana Republic, y en un mal paso… paf, se rompen por el punto en el que se unen entre los dedos y conectan con la suela. Inexplicablemente, afirma él, y debe subir al templo descalzo. Un paso más para convertirse en wanna-be, de esos que van descalzos para estar en contacto con la Madre Tierra.

Ni qué decir tiene que el resto de la exploración de Tikal, con la escalada de trepidantes templos, y a navajazos con la vegetación que va creciendo a nuestras espaldas, a medida que avanzamos, hay que hacerlo con un Pedalista que anda a la pata coja con una flip-flop sin el dedo que la ancle a la suela. Finalmente, la penúltima furgoneta se va y tenemos que esperar una hora más-pasto de los mosquitos, que ya va a atardecer-, porque el Peda viene cojeando en el horizonte y el hombre se niega a esperar.

Así que las crisis de pareja pueden ser a lo guerra de los Rose, disputas millonarias, o por un tema verdaderamente de peso: que tu pareja decida irse en flip-flops A LA JUNGLA.

Milagrosamente, la pareja siguió viajando como tal y, como no creo en Dios, ni en los Hados, tendré que culpar a la injusticia poética por la segunda parte de esta historia…

Continuará…




03 marzo 2012

Una habitación con vistas

Los que hayan leído la maravillosa novela de E.M. Forster de 1908 que da título a este divague, o hayan visto la peli de James Ivory de 1985 con Helena Bonham-Carter se preguntarán qué tiene que ver esta foto con la Florencia de finales del XIX.

Nada, aparte del título. Esta foto cayó en mis manos el otro día y nada más verla lo supe: este es el lugar donde querría siempre volver para pasar gran parte de mis noches, y esas son las ventanas que querría abrir cada maniana. Todo es perfecto: el mar, la chimenea, el blanco, las vigas del techo, los olivos, la lavanda y el espliego por la ladera.



Y como no quería olvidarla, la cuelgo aquí. Igual que no quise olvidar esta frase el libro de Forster y hoy, toda subrayada, al abrir el libro me sale al encuentro:

"But Italy worked some marvel in her. It gave her light, and -which he held more precious- it gave her shadow".

01 marzo 2012

Idiot inside

Son apenas las 11 de la mañana y ya me han puesto en mi sitio un par de veces. Me equivocado dos veces de tal manera que me avergüenzo. Podría justificarme, pero no.                                                    

Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia*.

El primer error ha sido con mi hijo esta mañana. Él tenía razón y no le he creído. Hubiera jurado que estaba siendo perezoso. No era así. Le he pedido perdón. Angelito. Cuánto se aprende con los hijos...

El segundo con un comercial al que había prejuzgado. Sigo pensando que no es buen comercial. Es curioso porque es de los que vende por aburrimiento y sin embargo después tiene detalles. Me pone muy nerviosa porque no escucha cuando hablas y no para de repetir lo mismo. El otro día fui dura con él por teléfono y quizá no se lo merecía. Acabo de hablar con él, cara a cara y me he sentido fatal. A veces en los negocios es fácil olvidarse que todo el mundo tiene su corazoncito.

Así que hoy quietica Diva...


*Ramón y Cajal